Nuevos cruces antes de la huelga

Nuevos cruces antes de la huelga

El jefe de Gabinete insistió con que quienes protagonizan la huelga “son perfectamente funcionales a la estrategia de los fondos buitre”. Habrá colectivos y subte (menos la línea B y Premetro) y no funcionarán los aviones y los trenes.

El paro de 24 horas del moyanismo que se concretará hoy tuvo sus primeros cruces internos entre los gremios y con el Gobierno. “El paro será muy fuerte a pesar de la presión, el temor y miedo que intenta poner el Gobierno a organizaciones como la UTA, con promesas que seguramente no le van a cumplir”, acusó ayer el camionero Hugo Moyano a sus pares del gremio de colectiveros que no se adhirieron a la huelga. “Que Moyano se meta en su gremio. Nosotros compartimos los reclamos, pero no el momento. El país está sufriendo una agresión externa enorme que afecta a los cuarenta millones de argentinos”, respondió Mario Calegari, de la UTA. Por su parte, desde el Gobierno, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, insistió con la idea de que los gremios y organizaciones que protagonizan la huelga “son perfectamente funcionales a la estrategia de los fondos buitre”. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, criticó también el paro al señalar que “lo que en Argentina no para es el esfuerzo de la mayoría para proteger el trabajo”.

“Van a tener que empezar a tomar alguna medida como respuesta a los reclamos que cada día se suman más, pero es difícil creer que el Gobierno lo hará en forma inmediatamente”, señaló Moyano por la mañana apuntando contra el gobierno. Hoy, el camionero realizará una nueva medida de fuerza en su pulseada contra el gobierno kirchnerista al que apoyó durante ocho años. Nuevamente estará acompañado por la CGT Azul y Blanco que lidera el gastronómico Luis Barrionuevo, la CTA disidente del estatal Pablo Micheli, otro aliado usual del camionero, y por el gremio de maquinistas ferroviarios de La Fraternidad de Omar Maturano que aún está enrolado formalmente en la CGT oficial que encabeza el metalúrgico Antonio Caló, pero que desde que el Gobierno impuso mayores controles en los trenes saltó hacia las huestes moyanistas.

“Conocemos la forma de actuar que tiene la Presidenta, de la soberbia que despliega permanentemente. Ella cree que aceptando los reclamos es dar un paso atrás y es todo lo contrario. Prefiere manejarse con un séquito de funcionarios que no la asesoran debidamente”, planteó Moyano, apuntando directamente contra Cristina Fernández de Kirchner. Al igual que el martes, fue Capitanich el que salió a cruzar la medida de fuerza y a los dirigentes que la convocaban porque “son perfectamente funcionales a la estrategia de los fondos buitres”, ya que buscan “una estrategia de esmerilamiento permanente y ataques insidiosos al gobierno nacional”. Para el funcionario chaqueño los fondos buitre “trabajan con el arco opositor político, parte del arco sindical y los grupos mediáticos concentrados para minar la credibilidad y confianza del Gobierno en forma sistemática”. después de escuchar las palabras del jefe de Gabinete, Moyano reiteró sobre Capitanich que estaban “acostumbrados a escuchar disparates, estupideces y gansadas de este señor, que le pagamos un buen sueldo. Realmente es lamentable”.

“La medida va a ser muy importante, creo que el paro será muy fuerte a pesar de la presión, el temor y miedo que intenta imponer el Gobierno a muchas organizaciones gremiales como la UTA, con promesas que seguramente no le van a cumplir”, señaló el camionero en las primeras horas del día saliendo al cruce de la decisión de los colectiveros por no sumarse a la medida. La UTA milita en las filas de la CGT oficial de Caló, y había acompañado la huelga del 10 de abril junto a la Fraternidad. El secretario de prensa, Mario Calegari, respondió que Moyano “se meta en su gremio que es el de Camioneros, nosotros somos la UTA y hemos decidido no compartir la medida de acción. Decidimos no participar aunque compartamos los reclamos. El país está sufriendo una agresión externa enorme que no afecta al gobierno de Cristina, sino a los cuarenta millones de argentinos”.

Ante el anuncio de que el paro iba a estar acompañado por piquetes y cortes de calles los colectiveros advirtieron que tenían “la decisión de ir a trabajar pero si no podemos hacerlo no va a ser por nuestra voluntad sino porque habrá piquetes. Si nos impiden la libre circulación es un tema que no vamos a poder manejar”, destacó Calegari, garantizando la asistencia a los lugares de trabajo de los choferes, pero no la circulación de las formaciones y solicitó que sea “el Estado el que se haga cargo de la seguridad” de los trabajadores que concurrirán a sus empleos. En esa línea se expresó el secretario de Seguridad, Sergio Berni, al solicitar a “aquellos que están organizando este paro, que entiendan que hay mucha gente que no está de acuerdo, hay mucha gente que quiere ir a trabajar y que, así como nosotros respetamos el derecho de huelga, les pedimos que respeten el derecho y la decisión de todos los ciudadanos que no quieren plegarse al paro porque no están de acuerdo y quieren trabajar”.

La medida de hoy afectará principalmente a los trenes y aviones, la línea B de subte y el premetro (el resto funcionará), la actividad bancaria, las estaciones de servicio y parcialmente a escuelas, tribunales, hospitales y organismos públicos.

La jefa del bloque de Diputados del Frente para la Victoria, Juliana Di Tullio, señaló que “el reclamo por el que llaman al paro no es para todos los trabajadores, porque el universo de los trabajadores que pagan Ganancias es sólo el diez por ciento”, y agregó que “si desde Estados Unidos los fondos buitre te levantan y dicen que es una maravillosa idea hacer paro, la verdad da pena”.

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