Las obras sociales sindicales, al borde del colapso

“Existen casos desesperantes de algunas obras sociales”, señaló Hugo Modarelli, secretario general de ATSA Bahía Blanca.

Por Javier Oscar Schwab.

   Alrededor de 15.000 millones de pesos es la deuda que la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), a través del Fondo Solidario de Redistribución (FSR), mantiene con las obras sociales sindicales. 

   Los principales gremios de todo el país mostraron su preocupación al actual gobierno, y al presidente Alberto Fernández, para cobrar parte de ese dinero, imprescindible para el normal funcionamiento del sistema de salud a cargo del sindicalismo. 

   El sistema está desfinanciado, en desequilibrio, según advierten los dirigentes gremiales. Algunas sobreviven a cuesta de “patear hacia adelante” el pago a los proveedores y con fuertes aportes desde la recaudación sindical.

   Gran parte del origen de la multimillonaria deuda son los reintegros por tratamientos de alta complejidad, cuyas prestaciones ya fueron pagadas por las obras sociales, aunque éstas aún no recibieron la devolución del dinero que proviene del Fondo Solidario de Redistribución (que se nutre de aportes de trabajadores y de contribuciones patronales) y que es administrado por la Superintendencia de Servicios de Salud

   "Este sistema de salud es solidario y sólo existe en nuestro país. Fue muy positivo a través del tiempo, a tal punto que en este momento el 50 % de la salud pasa por las obras sociales sindicales. En Bahía, como somos Federación, nuestra obra social central pertenece a FATSA. Es decir, de la recaudación local y regional nos envían la parte que nos corresponde, con el respectivo descuento, y nos manejamos con los prestadores locales. Lamentablemente lo que se recauda no alcanza para cubrir las necesidades de los afiliados", dijo Hugo Modarelli, secretario general de ATSA, filial Bahía Blanca.

   --¿Quiénes son los prestadores?

   --El Hospital Municipal, el Penna y los privados, laboratorios y distintos establecimientos de salud. La elección del afiliado es libre; retira el bono y puede recurrir al médico que desea.

   "Como todas las obras sociales contamos con diversos planes médicos, entre ellos el Plan Médico Obligatorio y el Plan Materno Infantil, y atendemos a jubilados, aunque en este momento sólo percibimos por cada uno de ellos la suma de 192 pesos. En la última liquidación hubo algunos aportes por más de 400 pesos, pero siguen siendo cifras irrisorias, algo que las obras sociales sindicales están reclamando en Superintendencia", señaló Modarelli.

   --¿Qué ocurre con el aporte del 3% del trabajador y la contribución patronal?

   --El trabajador, y su grupo familiar, no paga ningún adicional. Y la cobertura es total, asistencia igual para el titular y los que están a su cargo.

   "Otra virtud de la obra social sindical es que cuando el conyugue se queda sin trabajo, por despido, algo que ha ocurrido mucho últimamente, la afiliada los ingresa a nuestra obra social. Se le da cobertura por tiempo indeterminado", contó.

   --¿Han tenido caso de montos siderales?

   --Sí. Por caso, un implante coclear con un costo de unos 2 millones de pesos, más los honorarios del médico. También hemos tenido un trasplante de riñón, con un costo que asciende a los 4 millones de pesos. A esto se debe incluir el medicamento de alto costo que todos los meses es provisto por nuestra obra social.

   "También  se desembolsó, por una silla de rueda, un total de 500 mil pesos. Y hubo más coberturas de alto costo", remarcó.

   --Al menos pudieron cumplir con los afiliados.

   --Sí. Es nuestra obligación y nos satisface que podamos brindar respuestas. Lo que verdaderamente nos preocupa es el incremento de los insumos y de los materiales importados, con incrementos superiores al cien por ciento. 

   "Todo está dolarizado en una economía que no ha sido estable. Hemos tenido que afrontar, por anticipado, el costo de dos válvulas para un niño que estaba internado. La primera nos salió 200 mil pesos y, la segunda, ante la incertidumbre del dólar, 450 mil. Desfases muy grandes en breves períodos de tiempo", puntualizó.

   --Y estos son casos puntuales, pero deben existir otros.

   --Sin dudas. Tenemos unas 30 0 40 personas que son provistas de medicamentos de altos costos. En 2018 la cifra orillaba los 500 mil pesos, pero entre el año pasado y el inicio de este 2020 el monto se triplicó. 

   "Es una cifra que hay que desembolsar mensualmente, con el agravante de no saber si el valor se estabiliza o seguirá incrementándose", aseguró Modarelli.

   --¿Hay afiliados que ponen en duda el manejo de la obra social?

   --Sí. Pero lejos están de saber cómo se maneja una obra social y todos los problemas que la misma acarrea. No se puede poner en duda la facturación porque la misma se eleva de manera online a casa central. Tenemos casos de medicamentos que cuestan 280 mil pesos y con tratamientos prolongados. Todo está perfectamente especificado y al alcance del afiliado que quiera interiorizarse.

   "Existen casos desesperantes de obras sociales con el incremento de los valores en las prótesis, honorarios y medicamentos. Y la recaudación no alcanza.

   "A eso hay que sumarle que se contabilizaron muchos despidos en la actividad privada y así, lamentablemente, se redujeron muchísimo los aportes", dijo.

   --¿Qué se debería hacer para recuperar la estabilidad de las obras sociales?

  --Que se empiece a cumplir con los reintegros. A una de las principales obras sociales se le deben 3.500 millones. Todas las obras sociales necesitamos recuperar el dinero para poder subsistir y seguir cumpliendo.

Los fondos que no llegan a destino

   Casi todas las obras sociales sindicales han sido perjudicadas porque los distintos gobiernos inmovilizan ese fondo para mantener alineados políticamente a los sindicalistas a cambio de la promesa de liberar los fondos. Sin ir más lejos, durante el kirchnerismo la deuda con las obras sociales llegó a la friolera de unos 30 mil millones de pesos.

   Después de una larga negociación con los gremios, el gobierno de Mauricio Macri anunció con bombos y platillos que esa suma sería devuelta a los gremios en una especie de “reparación histórica” a las obras sociales. Sin embargo, poco ingresó de manera efectiva a las arcas sindicales.

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