Odontología: "Las obras sociales nos soltaron la mano"

Odontología:

Juan Martín Cepeda, presidente del Círculo Odontológico de Luján, explicó las dificultades que la pandemia le impone al sector. Solo se atienden urgencias. Las nuevas normas de seguridad incrementaron los costos. Una lucha con las empresas de cobertura médica.

Las prácticas médicas modificaron sus dinámicas ante la pandemia y el aislamiento. En el caso de la odontología, debido a sus particularidades que la hacen especialmente sensible a posibles contagios, el nuevo esquema estableció límites muy precisos. Actualmente solo se atienden urgencias. Todo lo demás quedó suspendido hasta nuevo aviso. Esto implica una sustancial baja en el número de consultas que ya lleva dos meses. Y un encarecimiento de los costos por la utilización de insumos para evitar la transmisión del virus.

En Luján, una de las asociaciones que nuclea a estos profesionales es el Círculo Odontológico, que preside Juan Martín Cepeda: “En Luján nuestra cuarentena empezó unos días antes, el lunes 16 marzo. La discusión es qué pasa con la parte de bioseguridad. Somos una especialidad con bioseguridad muy estricta habitualmente, porque hoy es el Covid-19, pero habitualmente tenemos sida, tuberculosis, sífilis. Ahora el asunto es que el gobierno de la Nación, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, determinó un montón de normas de trabajo. En primer lugar se terminó la atención regular, solamente podemos atender urgencias: dolor agudo, fractura de dientes, hinchazón de cara. No podés hacer una limpieza, una consulta de control, poner un implante, arreglar una carie”, explicó.

- ¿Eso está prohibido?

- Si querés lo podés hacer, pero la obra social no te lo paga porque solamente cubre las prestaciones que están previstas por la pandemia. Tampoco nadie hace eso porque está en gris el tema de los seguros de mala praxis. Hacés una prestación que no está contemplada y quizás podés tener dificultades legales. Todo eso hace que el primer problema grave es que prácticamente estamos sin trabajar. Yo atiendo una o dos urgencias por día. Desde el punto de vista económico es muy complicado para todos. No tenemos ningún aporte del Estado. No tenemos rebajas en cargas sociales. Prácticamente nadie recibió préstamos a tasa 0 porque en marzo todos cobramos lo que correspondía a diciembre o enero, porque las obras sociales pagan a 30 y 90 días. Entonces para el Estado nosotros facturamos. No tiene en cuenta que esa plata viene de meses anteriores.

Las medidas de seguridad imponen que una vez que terminás de atender, tenés que limpiar todo el consultorio y ventilar entre 45 minutos y dos horas. En vez de atender 10 pacientes por día, hoy podés atender muchos menos.

- ¿Cuál es el promedio de consultas diarias?

- Lo que haya se puede trabajar. Pero hay otro asunto. Como cambiaron las normas de cuidado, hay un adicional en el costo del tratamiento. Está lo que se llama el Elemento de Protección Personal. Implica que para poder atender un paciente nos tenemos que poner un mameluco impermeable, sobre eso un camisolín descartable y un barbijo específico que tiene un costo de entre 2 mil y 3 mil pesos. Después antiparras, máscara de protección facial y una cofia. Todo lo que sea saliva, cuando se trabaja con la turbina, se genera un aerosol. Eso hace que la saliva del paciente se disperse. Por eso tenemos que estar todo protegido. Cuando entra el paciente a la sala de espera se le coloca un cubre calzado y una cofia. Eso es otro costo. Todo ese costo no está contemplado.

- ¿De cuánto es ese costo?

- El estudio que hizo el Colegio de Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires (COSUCOBA) habla de 2.500 pesos. Por cada vez que el paciente entra al consultorio ese es el costo. El primer barbijo lo compré a 2 mil pesos, después conseguí en Luján uno a 750 pesos, pero ahora ya no se consigue a ese precio y está entre 2 y 3 mil pesos. El otro día tenía tres pacientes. Empecé con un barbijo nuevo. Terminé con el primer paciente. Empecé con el segundo y con el tercero se me rompió el barbijo. Lo tuve que tirar. La atención de los dos primeros pacientes me costó 1.200 pesos cada uno solo de barbijo.

- ¿Quién se hace cargo de ese costo extra?

- Creemos que les corresponden a las obras sociales. Pero algunas te ofrecen muy poca plata. Una prepaga muy importante ofrece 800 pesos, cuando el costo es de 2.500. Lo que sucede es que en algunos lugares de Luján aceptan eso. No sé cómo hacen para trabajar por esa plata. Después la prepaga te ‘amenaza’ con darte de baja el contrato si no aceptás. Algunas prepagas han accedido a pagar lo que corresponde. Muchas otras no. Especialmente las que más recaudan.

- ¿Cuáles son los niveles de facturación?

- En Luján no llegamos a facturar el 3 por ciento de lo que facturábamos en condiciones normales. Esto dentro del Círculo Odontológico. Las obras sociales se están ahorrando mucha plata. Solo de lo que facturamos nosotros en Luján tienen en dos meses un ahorro superior a los 3 millones de pesos. Uno le pide que paguen el kit de protección y te dicen que no.

- ¿Han hecho un planteo desde el Círculo por este tema?

- Se está haciendo desde el Colegio de Odontólogos. Nosotros acompañamos como Círculo. Algunas prepagas aceptaron después de mucha lucha, y otras te dicen que pueden pagar determinado monto y que si no te sirve te des de baja. Es una amenaza. A todo esto se suma el aumento en el costo de los materiales dentales producto del aumento del dólar. Los barbijos que habitualmente usábamos también aumentaron. En febrero compré tres cajas a 1.200 pesos. Hoy una caja vale ente 4 y 6 mil pesos. A nosotros las obras sociales no nos aumentaron un peso. Es una situación caótica. Si estos aumentos no los paga la obra social, los tiene que pagar el paciente, pero el paciente hoy no tiene un peso. Acá el único que tiene plata es la obra social que no tiene gastos, porque redujeron sus egresos en muchas especialidades. Las obras sociales nos soltaron la mano y nos ponen en antagonismo con los pacientes.

- ¿Cómo ve el futuro inmediato de esta especialidad?

- Esto va a depender mucho de cada localidad, en base a la cantidad de casos que haya. No tenemos ningún horizonte de que esto vuelva a la normalidad. Acá se sigue trabajando con urgencias. Y aun si volviera la normalidad, sería una normalidad entre comillas, porque las normas de bioseguridad llegaron para quedarse. Creo que durante varios años vamos a trabajar así. Basta de mucha gente en la sala de espera, se acabaron las atenciones de urgencia, va a ser todo programado y con mucho tiempo entre paciente y paciente, esperando que los desinfectantes hagan efecto.

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