La CGT oficialista exige respuestas al Gobierno

La CGT oficialista exige respuestas al Gobierno

En un documento de 15 puntos insiste en el reclamo salarial y afirma que la inflación es "innegable"

Por Nicolás Balinotti |

La CGT oficialista exige "una respuesta inmediata" a sus demandas salariales y considera que la inflación es "innegable". Reclama "una verdadera actualización" del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y acusa al Estado de apropiarse "indebidamente" de los fondos de las obras sociales sindicales. Advierte, además, que "el desarrollo industrial está detenido" y pide "el lugar legítimo en la discusión y decisión" de las políticas económicas y sociales.

Así lo expresan los gremios alineados con el Gobierno en un documento de 15 puntos que tenían previsto divulgar hoy, tras un plenario de secretarios generales, pero que fue postergado para el jueves próximo por la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez.

El tono crítico del documento agrietó a la cúpula de la CGT que lidera el metalúrgico Antonio Caló. La interna recrudeció porque no todos estuvieron de acuerdo en tensar el vínculo con el Gobierno. Por eso, no se descarta que se introduzcan modificaciones en el mensaje definitivo.

Impulsan una postura más mesurada el estatal de UPCN Andrés Rodríguez y el taxista Omar Viviani. Ellos quieren "suavizar" el tono del documento que, apenas en tres puntos, reivindica los logros del kirchnerismo desde 2003 hasta la actualidad.

De la vereda de enfrente, entre las posiciones más díscolas, se destacan el sector de "los Gordos" (representantes de los grandes gremios) y los sindicatos de los colectiveros de la UTA y de los maquinistas de La Fraternidad, quienes hasta barajaron la posibilidad de convocar a una huelga a modo de protesta.

En medio de este berenjenal, hace equilibrio Caló. El jefe de la UOM evitó el viernes pasado opinar sobre el discurso presidencial en la Asamblea Legislativa. Pero ya había hecho público su diagnóstico unos días antes, al decir que "la economía está estancada" y reclamar con tono combativo la universalización de las asignaciones familiares, cuyo beneficio es únicamente para los trabajadores con sueldos inferiores a 7000 pesos.

La negociación salarial es uno de los temas más conflictivos. En el punto tres del documento, la CGT exige mantener las paritarias "libres, sin condiciones ni limitaciones". Es decir, no tolerarán presiones oficiales ni empresariales.

Gerardo Martínez, jefe de los albañiles de la Uocra, ya advirtió que el piso de la suba debería ser de un 25 por ciento. Ni Martínez ni Caló piensan sellar su acuerdo en la Casa Rosada como aumento de referencia. Ese rol, antes ocupado por el camionero Hugo Moyano, será para el estatal Andrés Rodríguez. O, quizá, para Viviani, que aceptaría un alza salarial para los taxistas del 20%.

Continúa el descontento gremial por lo que consideran la "insuficiente" suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias. Después de veinte meses en los que se mantuvieron congelados, Cristina Kirchner anunció en febrero pasado el aumento del 20% de los topes del tributo. La CGT oficialista pedía que la suba fuera mucho mayor: un 55%. Por eso, en el documento, vuelve a la carga: "Reclamamos una verdadera actualización del mínimo no imponible y de las escalas progresivas de porcentajes de imposición, de modo tal que queden alcanzados sólo los altos ingresos". Y agrega: "Reclamamos una actualización anual automática que refleje los aumentos paritarios y el valor de compra del salario".

Otra demanda que alcanzó picos de tensión fue la puja por el dinero de las obras sociales que está retenido en el Fondo de Redistribución Social (FRS). La CGT oficialista y la opositora de Moyano comparten esta exigencia. Los gremios consideran que el Estado les adeuda unos $ 15.000 millones en el FRS.

"El sistema está en crisis y ahogado financieramente ante la indebida apropiación de fondos, aportados por todos los trabajadores, por parte del Estado nacional", plantea la central de Caló en un escrito, en el que también se exige "la normalización" del PAMI.

A pesar de reivindicar públicamente al kirchnerismo, la CGT oficialista debate su alineamiento. Causó estupor entre los dirigentes las omisiones que hizo la Presidenta en la Asamblea Legislativa. Pero ya habían quedado descolocados cuando no fueron avisados de la suba de Ganancias. Por eso, en el documento cegetista, los gremios piden "su lugar legítimo" y no ser ninguneados.

La interna entre los gremios K

La relación con el Gobierno divide posturas en la CGT

Andrés Rodríguez

Estatales de UPCN

Andrés Rodríguez.

Integra el sector de los considerados "independientes". Impulsa una postura más mesurada y no está dispuesto a ir al choque con el Gobierno. Quiere "suavizar" el documento que la CGT pensaba divulgar hoy. Él y Viviani son los que más llegada tienen hoy al kirchnerismo

Oscar Lescano

Luz y fuerza

Oscar Lescano.

Lescano es referente del sector de "los Gordos" (los grandes gremios), que impulsa las voces más críticas en contra del Gobierno. Cuestionó algunas de las cifras que Cristina Kirchner dio en la Asamblea Legislativa y reclamó por la inflación. Muchos dirigentes piensan como él, pero no se animan a expresarse públicamente.

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