¿Estará en China? ¿Acaso en Rusia, próxima sede del Mundial de Fútbol? ¿O, como dicen en el Municipio, en su casa, protegido del frío otoñal ante una gripe que lo tiene a maltraer?

Lo cierto es que, tras el temporal que volvió a dejar bajo agua a la ciudad, nadie sabe a ciencia cierta dónde está el intendente de La Plata, Julio Garro. Por eso, ya hay quienes apelan a la ironía de ofrecer una millonaria recompensa con tal de dar con el paradero del jefe comunal.

En medio de la incertidumbre, ayer crecieron las versiones sobre su posible viaje a la República Popular de China, cuando pegó el faltazo a los festejos por el 130º aniversario de Villa Elisa, adonde había comprometido su presencia. De apuro, y en lo que pareció una respuesta a la nota que este diario publicó en su sitio web (diariohoy.net), el equipo de comunicación del mandatario municipal insistió a través de las redes sociales en que el Intendente canceló su “gira” china. Tal como informó la semana pasada este medio, Garro temía que la ciudad se inundara durante su ausencia, como efectivamente ocurrió.

Sin embargo, ayer no participó de las actividades en Villa Elisa “por recomendación médica, debido a que se encuentra afectado por un cuadro gripal”, tal como justificaron desde el Ejecutivo municipal.

Pero la duda quedó instalada y, ante ella,  en el Municipio se empecinaron en negar el viaje de Garro, al tiempo que aseguraron que “irá un enviado”. No con su dinero, claro está, sino con el que sale de nuestros bolsillos.

 Justo en momentos en que el país atraviesa una crisis financiera sin límites, en la que el peso se devalúa a pasos agigantados y mientras la confianza del mundo en Argentina se hace añicos, ¿podría un paseo por China torcer el rumbo? 

La ciudad, con sus penurias, desempleo, cuentas no pagas y baches no tapados, entre tantos otros flagelos, no escapa al escenario nacional. Sacarla a flote requiere un trabajo denodado desde aquí, junto a los platenses que sufren y ni siquiera tienen el privilegio del ocio.