Olor a reforma: empresarios piden reducir costos laborales y bajar la conflictividad

Olor a reforma: empresarios piden reducir costos laborales y bajar la conflictividad

Sin eufemismos, el presidente de la UIA pidió reducir costos laborales y bajar la conflictividad.  “Los costos laborales son muy altos”, señaló.

El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, salió con los tapones de punta y mientras se empieza a blandir la espada de la reforma laboral sobre los gremios, pidió una baja de los costos laborales y empezó a sentar el camino para proponer una reforma !a la brasilera”.

“Hay problemas de competitividad, no de productividad; los costos laborales son muy altos, también la conflictividad; hay que avanzar en eso”, dijo ayer Acevedo al Diario La Nación.

Acevedo se reunió con industriales cordobeses (entre ellos, el presidente de la Unión Industrial de Córdoba, Gerardo Seidel), recorrió la Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (Fadea) y hoy visitará las instalaciones de Alladio en la localidad de Luque.

Respecto de los costos laborales, mencionó que no es necesario pensar en una “reforma integral”, sino en atacar los puntos más importantes. Por ejemplo, apuntó que podría haber cargas diferenciadas para el Interior, “donde afrontan más problemas y costos, como los de logística”.

Ese punto fue uno de los analizados con los industriales locales en el marco del “costo argentino”.

La semana pasada, Diego Vignatti, presidente de Nissan Argentina, admitió que sin el acuerdo de flexibilización con el Smata (el gremio automotor) la inversión de US$ 600 millones en Córdoba podría haber estado en riesgo. “Brasil acaba de aprobar una reforma laboral que le dará mayor competitividad a su industria”, enfatizó.

Según Acevedo, “hay que ver los costos laborales, analizar qué se puede hacer. En una época teníamos diferenciales para el Interior, esa podría ser una alternativa”. En ese contexto, señaló que “los que importan no tienen esos problemas”. De todos modos, planteó que la Argentina aún es “una economía cerrada; hay que analizar caso por caso”. En una economía competitiva, dijo, una mayor apertura no generaría mayores problemas; para una economía que necesita crecer, las importaciones de bienes de capital son fundamentales.

Acevedo entiende que “lo peor” para la industria “ya pasó”, aunque advirtió que no todos los sectores que están empezando a crecer están tomando personal. “Hay una reversión del momento más crítico, pero hay algunas ramas de la actividad que la siguen peleando”. Entre ellas mencionó a los fabricantes de juguetes, que se “juegan el año y están haciendo un enorme esfuerzo” el próximo Día del Niño, y al calzado, que atraviesa una crisis de competitividad. “Hay sectores sensibles que intentan todavía recuperarse primero en el mercado interno y después ver si pueden exportar”.

Respecto de Fadea, indicó que enfrenta el “enorme desafío” de seguir bajando su déficit y buscar nuevos nichos de negocios para no depender sólo del Estado. Ercole Felipa, presidente de la empresa, coincidió en que ése es el mayor objetivo.

A Alladio, Acevedo la describió como una fábrica “modelo, innovadora, que busca nuevos productos y nuevas maneras de llegar a los clientes”.

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