Pablo Moyano se tiene que ir porque nadie lo llamó

Pablo Moyano se tiene que ir porque nadie lo llamó

¿Alguien vio alguna vez a Pablo Moyano trabajar de camionero? Sólo la portación de apellido, le ha permitido suceder a su padre al frente del poderoso sindicato, que maneja siderales contratos de servicios públicos, precisamente por los cuales está comprometida la economía de 40.000.000 de argentinos, o algunos menos, ellos los sindicalistas por ejemplo, con un target millonario, que ahora además aparecen como vitalicios y hereditarios. Que Hugo Moyano ahora se siente en la mesa de Mirtha Legrand es una cuestión de cachet o de una alhaja, no es una reivindicación pública.

 

A Pablo Moyano no sólo le faltan horas al volante de un camión de esos choferes que duermen en la cabina dormitorio, que están un mes sin regresar a sus hogares y que se juegan la vida en las destruidas rutas de nuestro país. Pablo Moyano no tiene ninguna autoridad política ni antecedentes para que enloquecidamente, como un tábano sin cabeza, ande pidiendo paros generales por un bono a fin de año.

Si en este país no se termina con los Pablo Moyano, ya el destino lo tenemos jugado y la suerte está echada, y no vale la pena sino analizarlo como un fenómeno del cual debemos cuidarnos. Pablo Moyano es de los que te corren por izquierda y cobran por derecha, es la típica de históricos caciques sindicales. Pero cuanta sopa le hace falta tomar a este muchacho, por lo menos de experiencia. Cada aparición suya es de luces bajas, siempre la confrontación, medra con la extorsión, el apriete y el escrache. No en vano siente que lo están dejando solo. Seguramente nadie se atreve a decirle que hay algo que se llaman pergaminos y que él precisamente no los tiene. Se debe mover con una corte de adulones, como acostumbra, que no lo contradicen.

Que un gobierno y gran parte del pueblo argentino esté pendiente por un bono y por lo que propone un desaforado como Pablo Moyano, es francamente para apagar la luces e irse pero no con él por supuesto.

No habría que descartar que ésta sea una jugada a dos bandas o a tres bandas, carambola y palitos, su hermano Facundo otro arribista del apellido, es el primer diputado del Frente Renovador de Sergio Massa, cuando estos personajes se asocian por algún vínculo familiar y político, trasponen la frontera de la tolerancia y conducen bajo el rigor de la violencia y el temor.

Nadie lo llamó a Moyano, se puede ir bien tranquilo, nadie le va a cerrar la puerta, pero su metodología del apriete debe ser enterrada para siempre en el país. Hay cuestiones que no las pueden definir los patoteros gremiales, hay autoridades elegidas y órganos que funcionan en el sistema republicano.

Comentá la nota