Papelón: Vidal nombró delegado portuario a un hombre enjuiciado por lisiar a otro a los tiros

Hace poco más de dos meses, y a través de la firma de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, las autoridades bonaerenses confirmaron que el próximo delegado portuario de Dock Sud sería Alejandro Enrique Semmartín. Poco y nada se supo entonces del afortunado poseedor del cargo, pero poco a poco rumores en los pasillos de Tribunales comenzaron a sacar a la luz una parte de su oscuro pasado.

En septiembre del año 2012 fue firmada la sentencia por el juicio en el que Gustavo Bordón, la víctima, acusó por daños y perjuicios a Alejandro Semmartín, el victimario. Ocho años se tomó la Justicia argentina para dictaminar sobre un violento hecho que tuvo lugar en el club Justo José de Urquiza de Loma Hermosa, en el partido de 3 de Febrero.

Todo comenzó un 2 de enero de 2004 cuando, al fragor de una discusión bajo el abrazador sol de verano, Semmartín tomó un arma y le disparó a Gustavo Bordón por la espalda. Numerosos testigos declararon, incluso, haber corrido hacia donde se “escuchó un ruido de arma de fuego” y, al llegar, ver a la víctima tirada en el piso y al actual delegado portuario apuntándole con el arma y gritando “te voy a matar, los voy a matar a todos”. Al verse rodeado de personas, arrojó el arma y huyó de la escena del crimen.

Poco tiempo después, se supo que Semmartín era un amante de las armas de fuego, que tenía un total de 9 y que, además, tenía vencido el permiso para portarlas.

Como consecuencia del incidente, el examen físico llevado a cabo por los peritos determinó que Bordón, la víctima, resultó con graves secuelas neurológicas, tanto sensitivas como motoras, hipoestesía en periné, escroto, pene, ano y glúteo izquierdo, disminución de la fuerza y la movilidad en la columna lumbosacra y contractura de las masas musculares paravertebrales en la columna lumbar y un severo trastorno del sistema nervioso, con problemas miccionales, intestinales y de la esfera genital, que resultaron en una renguera en Streppage. Finalmente, el psiquiatra asignado por el juez declaró haber notado “signos de depresión, angustia y temor”.

Resulta difícil de creer, que en una sociedad cada vez más violenta, el gobierno siente un precedente tan reprobable, premiando con un cargo a un violento enjuiciado y sentenciado, amante de las armas y con el antecedente de haber resuelto una discusión a los tiros. En Dock Sud ya todos lo saben: Alejandro Semmartín es una bomba de tiempo.

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