La paritaria docente y los límites de Vidal

La paritaria docente y los límites de Vidal

El conflicto salarial le marca el límite a Vidal. Mientras que en 2016 pudo embanderarse con el inicio de clases a tiempo, ahora su imagen conciliadora se ve empañada por una paritaria que los maestros no piensan aceptar. Amenazas, trolls y otras estrategias para salir airosa.

 

UN CONFLICTO DE LARGA DATA

“Hay una clara intencionalidad política” dijo Alejandro Fincchiaro, ministro de Educación bonaerense, cuando las centrales sindicales docentes anunciaron un paro de 48 horas (que se llevará a cabo a nivel nacional) para los días 6 y 7 de marzo. No es novedad: para el gobierno (y los gobiernos en general) los paros siempre son políticos; y es que en efecto lo son. La oferta salarial de Vidal logró unir, por primera vez, en un mismo reclamo a las seis centrales sindicales: el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la provincia (Suteba); la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), la Asociación de Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET), Sadop, UDA y la Unión de Docentes de la provincia de Buenos Aires (Udocba). Son los tiempos políticos los que conducen a la unidad, única manera de hacer frente a una paritaria con un techo bajísimo. Única manera, también, de pelear por el derecho a huelga en contra de los descuentos por paro que promete hacer Vidal.

El conflicto es gremial y es político, pero el gobierno quiere llevarlo al plano electoral, aduciendo que Roberto Baradel responde a una estrategia K de debilitar al vidalismo. Los gremios hacen hincapié en que el ofrecimiento del 18 por ciento de aumento distribuido en cuatro cuotas de 4,5 por ciento no alcanza. “En términos reales, la propuesta ofrecida es de alrededor de 150 pesos por mes para un docente que recién se inicia”, explicó Mirta Petrocini, referente de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB). El gobierno prefiere salir de la discusión de números y apuntar directamente a Baradel quien, argumentan, hacía paros a Scioli por responder al núcleo duro K. Es una interpretación que puede ser discutida, pero lo cierto es que el titular de SUTEBA protagonizó 110 días de paro en los últimos diez años. Cabría preguntarse, también, si el inicio de clases del año pasado correspondió, entonces, a un beneplácito del kirchnerismo duro para con Vidal, siendo que para los ministros Pro el sindicalista responde estrictamente a Cristina. Cabe recordar que el año pasado los gremios docentes cerraron una paritaria del 34,6 por ciento.

DE VOLUNTARIOS Y TROLLS

La paciencia de Vidal se fue agotando con el paso de los días. Se fue agotando, también, la capacidad económica de hacer frente a una demanda, siendo que la provincia en 2016 exportó más en términos de volumen pero ganó menos, y que la toma de deuda de la gobernadora ya alcanza cifras exorbitantes (que se destinará mayormente a infraestructura municipal). El gobierno provincial se encuentra en una encrucijada, y al no conseguir un triunfo político va por el ideológico: “Nosotros queremos que haya clases, los sindicalistas no”.

La estrategia de dividir a los referentes de los sindicatos del trabajador común es tan vieja como el mismo sindicalismo.  Diferenciar a la “burocracia sindical” del afiliado que es obligado a parar, esa sería la ecuación, y en esa misma línea aparece un hashtag que explota en las redes sociales: #VoluntarioDocenteNoAlParo. Aparentemente, quien habría iniciado la idea de que las clases se garanticen con voluntarios (algo que el gobierno ya advirtió que no sucederá) es el docente universitario Mariano Bronenberg, un ciudadano común que apoya a la gobernadora y que, aclara, en sus 25 años de docencia nunca se adhirió a un paro. Genuino o no, el gesto cae como anillo al dedo a la gestión Pro, y el ejército de trolls comienza a hacer su trabajo. El hashtag se posicionó enseguida, y lógicamente generó una contestación en apoyo a los docentes.

¿Sirvió de algo la movida del voluntariado? Por supuesto que sí. Los genios del marketing que rodean a la gestión Pro prevén la siguiente premisa: Vidal no tiene el apoyo de los sindicatos, pero sí el de la gente, incluso el de los docentes que no se sienten representados. Son mensajes volátiles pero necesarios, sobre todo cuando quien se encuentra entre las cuerdas es la figura más importante del Pro pensando en elecciones futuras. La imagen de la gobernadora se daña cuando queda pegada a Macri, y ser destinataria de un reclamo tan fuerte sin dudas la pone en la situación que el presidente.

LA TENSIÓN VA EN AUMENTO

La tensión aumento, pero el conflicto ya venía tirante. A fines del año pasado la gobernadora anunció que esa sería la oferta y Roberto Baradel dijo que las clases no comenzarían a menos que alcanzaran un acuerdo mejor. A principios de febrero, Baradel recibió amenazas a través de un correo anónimo en donde le decían que su familia pagaría el costo. Ahora, ante la negativa oficial de mejorar la oferta, los gremios bonaerenses adhieren a un paro nacional y Vidal amenaza con cerrar las paritarias por decreto y dictar la conciliación obligatoria.

El año arranca caliente, con el paro nacional docente los días 6 y 7 de marzo, sumado a la movilización de CGT y CTA del 7, la posibilidad de que se lleve a cabo un paro general a fines de marzo y las clases públicas, abrazos a las escuelas, jornadas de difusión, radios abiertas, etcétera, que mantendrán los gremios docentes hasta ser escuchados.

A nivel nacional, el gabinete sabe que defender con uñas y dientes la imagen del presidente es imposible, pero a nivel provincial no pueden permitirse que se dañe a “Mariú”. Habrá que ver cómo continúa el conflicto que en vez de resolverse en números empieza a protagonizar una campaña sucia. 

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