El paro de Moyano desafía la presión del Gobierno y el silencio de la CGT

El paro de Moyano desafía la presión del Gobierno y el silencio de la CGT

Pese a la ola de conciliaciones obligatorias dictadas por el Gobierno, el camionero, la CTA y la Corriente Federal coparán el centro. Preparan ollas populares para marcar la cancha el 1 de mayo.

Por: Francisco Basualdo.

Dispuestos a no dejarse amedrentar por la ofensiva oficial contra el paro general del martes 30, todo el espectro de sindicatos opositores a la conducción de la CGT resolvieron seguir adelante con la medida y enfrentar la avanzada del Gobierno para frenar la protesta contra la política económica oficial. 

Ante la negativa de la CGT a hacer propio el reclamo, buena parte de los gremios convocantes, en su mayoría adheridos al Frente Sindical por un Modelo Nacional que conduce Hugo Moyano y a la CTA, se vieron obligados a convocar a la medida desde cada sindicato. Aprovechando la ausencia de una organización de tercer grado al frente de la convocatoria, como la central de la calle Azopardo, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, pactó que las cámaras y empresas de los sectores adheridos pidieran masivamente la conciliación obligatoria, tal como anticipó este lunes el diario Ámbito Financiero.

En esa cartera señalan al secretario de Producción, Lucas Fernández Aparicio, como el ideólogo de la estrategia gubernamental, algo que generó fricciones con los principales laderos de Sica por la imposibilidad de aplicársela a gremios a los que el Gobierno no quiere reconocer, como el sindicato que reúne a los trabajadores del subte porteño.

Sica, Aparicio y el jefe de Gabinete de Producción, Ignacio Pérez Ribas, son los principales funcionarios que este martes, desde las 7 de la mañana, van a conformar el comité de seguimiento de un paro que indefectiblemente ocurrirá. No se descarta que se sumen funcionarios del Ministerio de Seguridad, después de que Sica se reuniera este lunes con la ministra Patricia Bullrich.   

"Obviamente que las medidas de este martes se mantienen en todo el país", dijo a Letra P el secretario general del gremio de canillitas, Omar Plaini, que consideró que "el Gobierno está desesperado por neutralizar la medida porque sabe que va a tener una magnitud contundente". Así, el paro se iniciará a la a primera hora del martes y la movilización a Plaza de Mayo estará garantizada.

De hecho, la presión oficial se empezó a manifestar a primera hora de la mañana, cuando la empresa de colectivos DOTA sacó un comunicado con el que buscó refutar a la agrupación "Juan Manuel Palacio" de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), enfrentada a Roberto Fernández, que aseguró que las tres líneas que maneja la compañía y otras 70 líneas iban a estar paralizadas durante el paro disidente.

Los cierto es que pese a las gestiones de diferente dirigentes, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) decidió no plegarse al paro y mantener el cese de tareas, de estricto carácter sectorial, que va a paralizar el transporte público durante el feriado del 1 de mayo. A pesar de que los sindicatos más importantes del sector -La Fraternidad y la UTA- traccionaron esa posición, no son pocos los gremios del transporte que van a adherirse a la medida opositora y van a colaborar a que se sienta la medida.

A media tarde del lunes, fuentes del Ministerio de Producción confirmaron que ya se habían girado las notificaciones a nueve sindicatos de las diferentes centrales. Fueron los aeronáuticos APLA, UPSA y APA, la Asociación de Trabajadores de Protección y Seguridad de la Aeronavegación, el sindicato de actores (AAA) y el de Industria Cinematográfica Argentina (SICA), a los que se suman el sindicato de Ceramistas y la Federación Marítima Portuaria.

Los notificadores de la Secretaría de Trabajo se encontraron con no poca resistencia para poder hacer efectivos los actos administrativos. Locales cerrados, negativas a recibirlos y bolaceos fueron parte de las estrategias que desplegaron los gremios como respuesta. 

En términos políticos, la medida oficial amenaza con convertirse en un escándalo a varias bandas. Por un lado, los abogados ligados a los sindicatos resaltan el carácter abiertamente anti sindical de la movida oficial y además, advierten, que resultará inaplicable. De hecho, no descartan presentaciones ante los tribunales laborales y hasta la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para denunciar la ilegalidad de la jugada del Ejecutivo.

Guillermo Gianibelli, abogado del gremio de los pilotos de aviones que dirige Pablo Biró, señaló a Letra P que, en un caso de un paro general, no existe contraparte empleadora y el conflicto no está referido a una cuestión que pueda “conciliarse” en el plazo previsto por la ley, sino que requiere de instancias políticas de resolución, en su caso los denominados “Pactos Sociales” o “Diálogo Social", algo que consideró incompatible con los conflictos a los que alude la ley 14.786, que rige a las conciliaciones obligatorias.

"La conciliación obligatoria es un instrumentos que tiene como objetivo sentar a negociar a las partes y retrotraer las medidas empresarias y sindicales. En una protesta contra el modelo económico del Gobierno, ¿qué nos van a ofrecer como prenda de negociación? ¿Reincorporar a los despedidos durante los últimos años, retomar a los suspendidos y aumentar el salario?", analizó el representante legal de otra federación obrera.

LA CGT Y EL MODELO TRIACA. Al mismo tiempo, la ofensiva oficial deja en un lugar más que incómodo a la cúpula de la CGT, ya que la jugada revive los fantasma intervencionistas y anti sindical que marcaron la gestión de Jorge Triaca al frente del ya extinto Ministerio de Trabajo.

Cuando Triaca buscó aplicarle al Sindicato de Camioneros y a los gremios docentes multas multimillonarias que amenazaban con quebrar a las organizaciones, la CGT sacó un comunicado condenando la sanción que se quería aplicar por otra supuesta violación de una conciliación. En este caso, aún no hubo expresiones de rechazo ni quejas por parte de la principal central, algo que indefectiblemente avivará las críticas de sus detractores.

Como corolario de su pelea con el Gobierno, Moyano va a redoblar también su enfrentamiento con la cúpula de CGT, saliendo a la calle el 1 de mayo. El miércoles la movida será un gesto a los sectores más afectados por la política económica oficial: el jefe de la Federación de Camioneros anticipó que va a instalar 200 ollas populares para reclamar soluciones para esos sectores, pero con una señal inequívoca hacia la central obrera.

El lugar elegido para montar el comedor popular es el Monumentos al Trabajo, el grupo escultórico ubicado en el cruce de las avenidas Paseo Colón e Independencia, a sólo 100 metros de la sede histórica de la calle Azopardo.  

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