Paro en la planta de Pepsico y polémica por la paritaria

Paro en la planta de Pepsico y polémica por la paritaria

Trabajadores de Pepsico Mar del Plata iniciaron un paro de actividades por tiempo indeterminado en descontento por la paritaria. Desde sectores de conducción cuestionan el rol de la oposición y el oportunismo para sacar provecho político de la crisis.

 

 

Los trabajadores de la planta de PepsiCo ubicada en Mar del Plata, iniciaron medidas de fuerza en descontento con la paritaria firmada por la Federación de Trabajadores de Industrias de Alimentación (FTIA).

En el sector alimenticio hay miles de pequeñas y medianas empresas  de todo el país que deben ajustarse al mismo Convenio Colectivo que rige para las grandes multinacionales que dominan el mercado.

Sin embargo, emplean más trabajadores las Pymes de todo el país, que las multinacionales como Mondelez, PepsiCo, Unilever o Arcor.

Las posibilidades de las grandes alimenticias, chocan la realidad de la mayoría de las pequeñas y medianas empresas que  se encuentran al borde de la quiebra y asfixiadas por la crisis.

Desde la conducción gremial sostienen que tienen la responsabilidad de cuidar los empleos y responder por los intereses de la mayoría de las trabajadoras y trabajadores de Alimentación.

Existe un gran descontento en la conducción sindical por el oportunismo de las agrupaciones que buscan sembrar el descontento para beneficiarse políticamente en las próximas elecciones.

 

Desacuerdo y oportunismo

 

Desde las Comisiones Internas opositoras a la conducción del STIA, aprovecharon el descontento de los trabajadores por la paritaria y la crisis generada por la pandemia de coronavirus, para intentar explotar políticamente los reclamos de los trabajadores.

Desde la conducción gremial son conscientes que este año no consiguieron las paritarias esperadas, pero también, de que tuvieron que negociar en un contexto adverso con poco margen de maniobra y con la responsabilidad de cuidar los empleos de cara a la crisis que se avecina.

Los representantes gremiales de base de PepsiCo reclaman una paritaria del 40% por inflación, un ajuste del 11%, premios de productividad y un bono por ser actividad esencial. Además, piden mejoras en los premios de presentismo,  puntualidad y compensaciones bimestrales

La decisión de aceptar una suma puente y volver a negociar en septiembre, responde a la necesidad de «poner dinero en el bolsillo de los trabajadores más necesitados» y negociar la recomposición salarial en septiembre, cuando el escenario económico del país sea más claro.

 

La realidad de las grandes alimenticias contrasta con las de las Pymes

En este sentido, desde el ámbito gremial esperan con gran expectativa que el Gobierno anuncie medidas de reactivación económica que dinamice el mercado interno y la producción industrial.

 

Lejos de la realidad

 

Los representantes gremiales de base de PepsiCo reclaman una paritaria del 40% por inflación, un ajuste del 11%, premios de productividad y un bono por ser actividad esencial.

Además, piden mejoras en los premios de presentismo,  puntualidad y compensaciones bimestrales.

El pedido es completamente válido para que se le realice a una empresa como PepsiCo, sin embargo, imposible de trasladar a una instancia de negociación paritaria.

Esto, es bien sabido por cualquier dirigente que conozca la realidad económica que atraviesa el país y el sector industrial, sin embargo, desde el anuncio del cierre de las paritarias, trolls y activistas políticos opositores inundaron de mensajes incendiarios las redes sociales.

Las demandas que «agitan» las agrupaciones clasistas se encuentran por fuera de las posibilidad de la gran mayoría de las empresas.

Los pedidos de salarios por fuera de las posibilidades y los planteos conflictivos,  han sido una constante histórica con la que la izquierda ha confrontado a la conducción peronista en la puja política que caracteriza la vida democrática de Alimentación.

Sin embargo, desde la conducción gremial hay preocupación porque entienden que estos planteos oportunistas son peligroso y  fomentan conflictos que, tal como ha quedado demostrado en las experiencia de conducción de agrupaciones clasistas, terminaron de la peor manera para los trabajadores y sus familias.

 

Negociaciones aparte

 

Las Comisiones Internas de las grandes alimenticias tienen la posibilidad de negociar, con el respaldo del Sindicato, beneficios y bonos que compensen los acuerdos paritarias, que tienen un arcácter obligatorio y rigen para todo el sector.

Las grandes alimenticias con capacidad económica suelen responder a este tipo de peticiones cuando las negociaciones son bien encausadas.

Sin ir más lejos, en el contexto de pandemia, Unilever otorgó un bono de $ 25.000- a sus empleadas y empleados.

La gestión fue encausada por la Comisión Interna y respaldad por el STIA PBA

 

Trabajadores de PepsiCo de la planta de Mar del Plata iniciaron medidas de fuerza

 

Desde el STIA Córdoba se encuentran negociando hace meses un bono de reconocimiento sanitario con Arcor.

También, le exigen un bono de similares características a Dulcor.

Estas iniciativas están basadas en el hecho de que ambas empresas tienen la posibilidad de hacer el esfuerzo económico.

Si bien por ahora no hay resultados, en los últimos casos mencionados, se espera que hayan avances debido al cierre de la paritaria.

Es que ahora las grandes empresas y los representantes tienen como base de negociación el bono de 6.000 y el ajuste que llega a 6,5% de incremento de salarios.

 

Bronca por el oportunismo

 

Muchos delegados, acostumbrados a recorrer pequeñas fábricas y con contacto permanente con la realidad económica de los establecimientos más afectados por la crisis, plantearon su estupor al ser consultados por la ola de mensajes violentos y sin fundamentos que llenaron las redes sociales.

Es que muchos de los mensajes vertidos en las redes, planteaban, para conveniencia de la patronal, que se realice una desafiliación masiva del sindicato.

Toda un signo de época. Trabajadores pidiéndoles a sus compañeras y compañeros, desde el anonimato de las redes sociales, que abandonen la unidad sindical y el sistema solidario de salud para quedar a merced del mercado y los intereses patronales.

 

Todo es lo mismo

 

Tampoco faltaron los mensajes estigmatizantes del tipo «son todos ladrones» para condenar a una dirigencia de trayectoria y reconocida en la política nacional y en el mundo gremial.

Una denuncia irresponsable y oportunista que no resiste el menor análisis y que no ayuda a enriquecer la vida política del gremio.

Cabe destacar que participan de las negociaciones paritarias los referentes gremiales de las distintas seccionales del país que se nuclean en la FTIA.

 

 

La firma de la actualización del Convenio es consensuada por todos y se consulta con delegados y profesionales que asisten en el proceso de acuerdo que se realiza con la mediación del Ministerio de Trabajo.

Alimentación tiene el salario industrial más alto del país, sólo superado por Aceiteros, un gremio muy pequeño vinculado a la exportación de commodities y cuyas finanzas se encuentran prácticamente dolarizados.

Una de las compañeras que se expresó al respecto se mostró conmovida en su planteo: «Nadie pensó en todo ese grupo de personas que con esos comentarios colmados de violencia y solo buscando réditos políticos, hieren y humillan a compañeros de fabricas de 10, 15 o 20 trabajadores que apenas se sostienen?, fábricas q ni siquiera con el ATP salen a flote. ¿Saben todos esos violentos que hay compañeros que no cobran bonos, sumas o premios? SEGURO QUE SÍ LO SABEN…pero la intencionalidad política los excede».

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