Por Patricio Eleisegui

El estallido que puso al desnudo las fuertes disputas en el sector aéreo tuvo lugar este viernes 17, pero su inicio hay que buscarlo más atrás en el tiempo.

Más precisamente en octubre de 2012, cuando la chilena LAN había rubricado un nuevo acuerdo con Intercargo para la provisión de rampas y servicios de tierra. Ese convenio se pactó hasta 2014.

Dicho acuerdo -alcanzado con los directores de la compañía y en forma previa a la intervención oficial- comenzó a ser cuestionado un mes después, en noviembre del año pasado, cuando Juan de Dios Cincunegui -por entonces vicepresidente de Aerolíneas Argentinas- resultó designado como interventor de Intercargo.

Luego, el conflicto comenzó a levantar mayor vuelo con la llegada de María Cecilia García al cargo de interventora.

"Nadie la conocía en el ambiente de las aerolíneas, pero enseguida todos nos dimos cuenta que venía promovida por La Cámpora y que el ambiente se iba a poner tenso", afirma a iProfesional un vocero de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA).

A partir de entonces, la situación fue entrando en un "embudo" y derivó en la suspensión de más de 60 vuelos durante este último fin de semana.

El incidente, que sólo en Chile complicó el movimiento de unos 600 pasajeros que quedaron varados, dejó al descubierto la tensión existente entre LAN y La Cámpora, que esta vez hizo eclosión a través de Intercargo.

En buena medida, dejó expuesta la interna en el negocio aéreo, que cambió radicalmente desde el desembarco del kirchnerismo tanto en Aerolíneas Argentinas como en la firma que opera en las terminales de Aeropuertos Argentina 2000.

"Lo que sucede entre Intercargo y LAN muestra cómo el Gobierno, a través de La Cámpora, ejerce su influencia en la actividad. Esta última lo que hizo ahora fue objetar el convenio ya suscripto, por tildarlo de demasiado ventajoso a favor de la chilena. Y señaló que se había rubricado con serias irregularidades", reveló a iProfesional un representante de la Federación Argentina del Personal Aeronáutico (FAPA).

"En 2012, LAN había pactado una rebaja del 30% respecto de su contrato anterior con Intercargo. La Cámpora ahora pidió que pague eso que se le había descontado. Y ahí se inició todo el conflicto, porque la línea aérea alegó que ya tenía un contrato firmado y no tenía por qué abonar ningún extra", agregó.

Lucha de pesos pesados

La pelea derivó en una confrontación de estas dos compañías.

LAN controla el 33% del mercado de vuelos domésticos, el 23% de los internacionales que tocan la Argentina y factura alrededor de u$s1.000 millones.

Por su parte, Intercargo tiene el monopolio de las rampas y otras prestaciones terrestres. Sólo Aerolíneas Argentina y American Airlines cuentan con sus propios servicios, el resto de las aéreas deben recurrir a esta firma, ahora en manos camporistas.

Es, precisamente, esa posición dominante la que le permite a la compañía alcanzar una facturación anual cercana a los $300 millones, aunque eso no le impide dejar de arrastrar desde 2012 un déficit de $35 millones.

Ese rojo en sus cuentas es el que habría desencadenado la objeción al acuerdo ya establecido con la firma chilena, principalmente por tratarse de la aérea que representa el 70% de la facturación de la compañía de servicios en tierra.

"Una vez al mando, María Cecilia García y sus colaboradores revisaron el trato con LAN y ahí comenzaron a exigirle a la empresa que aporte un extra de u$s7,5 millones, bajo amenaza de suspender el servicio", expresó a iProfesional Rodrigo Borrás, secretario de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA).

"Las peleas -añadió- han derivado en situaciones como la sucedida en abril, cuando Intercargo, pese a un fallo judicial dejó a LAN sin rampas en Aeroparque".

"Como LAN reafirma su postura de que tiene un contrato firmado hasta 2014, a Intercargo sólo le queda como recurso interrumpir el servicio aun desoyendo una medida judicial. Eso es lo que pasó el último fin de semana. Finalmente, la línea chilena tuvo que acceder a pagar lo que le pedían, pese a no estar de acuerdo", agregó.

Fuerte queja trasandina

El parate que Intercargo dispuso entre el viernes y el sábado de la semana pasada obligó a los representantes de LAN en la Argentina a buscar algún tipo de acuerdo con la proveedora de servicios, a fin de restablecer cuanto antes el régimen de vuelos.

La situación llegó a un punto de tensión tal que se tejieron versiones respecto de una inminente salida del país de la aerolínea trasandina. Al respecto, y en diálogo con iProfesional, Agustín Agraz, director de asuntos corporativos de LAN, negó la veracidad de los rumores.

"LAN no evaluó irse en ningún momento. La empresa tuvo un problema con Intercargo y lo superó", aseguró el ejecutivo.

Más allá de esta aclaración, lo cierto es que del otro lado de la cordillera la plana mayor de la aérea se hizo oír y hasta llegó a pedirle al gobierno kirchnerista "un poquito más de cordura", dejando en evidencia el conflicto que mantiene con La Cámpora.

En diálogo con el diario chileno La Tercera, Ignacio Cueto, máximo directivo de la firma, admitió que la empresa tuvo que ceder a las presiones de Intercargo porque no hacerlo significaba un daño a sus pasajeros y a la reputación de la aerolínea.

No obstante, pidió que las autoridades argentinas tomen conciencia "de que no pueden tener una aviación con el aeropuerto más caro del mundo, y con gestos que no nos permiten crear nuestra propia operación y que, en alguna medida, están favoreciendo a Aerolíneas Argentinas".

"La competencia tiene que ser en los mercados, en el servicio, en los aviones", disparó el ejecutivo.

Cueto advirtió que "hay ciertos grupos políticos, que también administran Aerolíneas Argentinas que ya no ven con tan buenos ojos la presencia de LAN".

Por lo pronto, la firma acordó pagar la mitad de los u$s7,5 millones extra exigidos por La Cámpora para Intercargo. Y, además, un plus de u$s18 millones en cuotas. "Nos obligaron a aceptar algo que no teníamos por qué hacerlo", se quejó Cueto.

"Para La Cámpora, LAN es una amenaza y una competencia. Y al estilo de ellos, decidieron ir contra de nosotros subiendo los servicios terrestres", sentenció.

El empresario se mostró molesto por tener un contrato vigente y que los precios que se estaban cobrando eran los más altos de la región.

"Ellos (por La Cámpora), en una actitud muy intransigente, dijeron: o nos pagan o esta situación sigue. Y tuvimos que ceder a las presiones, pese a que no estábamos de acuerdo", aseveró.

El choque con Aerolíneas

"Fuimos, nos sentamos a la mesa y pagamos lo que nos pidieron. Nos obligaron y lo hicimos solamente por el respeto a los pasajeros y para cumplir la promesa con ellos", continuó Cueto.

El ejecutivo deslizó, además, que las turbulencias que enfrenta LAN en el país guardan relación con el carácter estatal de Aerolíneas Argentinas.

Señaló que la Presidenta les hizo saber "de su preferencia por Aerolíneas y de que, en ciertos temas, se va a privilegiar el carácter de compañía estatal".

Desde los gremios del sector aeronáutico también aportaron precisiones respecto de la intención oficial de complicar la operatoria de la línea aérea trasandina.

"Lo que pasó con Intercargo es apenas una muestra de que, bajo un argumento u otro, hay una idea de La Cámpora de empezar a discutirle el negocio a LAN", reveló Borrás, de APA.

"La firma chilena -agregó- podría implementar su propio sistema de rampas, por ejemplo. ¿Por qué no lo hace? Porque necesita el aval de un ente gubernamental, la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte), que jamás se lo daría. Eso lo saben del otro lado de la cordillera".

"Lo curioso es que LAN desarrolló su presencia en Argentina en tiempos de Néstor Kirchner. Hoy tiene el territorio minado por la Cámpora", remarcó.

Perspectiva

¿En qué situación se encuentra ahora el conflicto que estallara la semana pasada? En este aspecto, concluido, dado que LAN le pagó a Intercargo lo que esta firma le impuso.

¿Esto supone el fin de las complicaciones para la chilena? Desde FAPA mostraron su escepticismo. "Mientras LAN siga manteniendo el liderazgo en Argentina, se le buscará dificultar su operatoria, habrá cruces y trabas", reveló un alto dirigente gremial.

"Hay que ver si la firma chilena aguanta las presiones de La Cámpora o si se cansa y decide levantar vuelo", concluyó.