Luis Pericás, propietario de LV7 definitivamente perdió la vergüenza, no solo no paga los sueldos de los trabajadores desde hace cinco meses, sino que ahora también se encarga de intimidar a dirigentes gremiales. El excéntrico “empresario”, enterado de que este lunes se realizará una medida de fuerza organizada por la Asociación de Prensa de Tucumán frente a la emisora ubicada en Mendoza 273, llamó a Tato Heredia, secretario gremial de la APT, para comunicarle que se le ocurrió la interesante idea de enviar un “veedor penal” para monitorear la protesta. Ante semejante amenaza surge un interrogante ¿quién está detrás de este personaje? Pericás es conocido por su pulsión serial a no cumplir norma laboral o impositiva de ningún tipo

La situación no es actual. Al igual que en marzo del año pasado, el incumplimiento de pago de los salarios por parte de Pericas vuelve a poner contra las cuerdas a sus trabajadores. En esta ocasión, son 5 los meses que se les adeuda y desde la patronal no hay señales de tener intenciones de resolver la situación en el corto plazo.

Este penoso panorama se agravó más la semana pasada, luego de que algunos trabajadores se dieran por despedidos ante el total abandono y falta de interés del propietario de LV7 en abonar los salarios que adeuda, mucho menos en pagar la indemnización que por ley les corresponde.

En rigor, desde la Asociación de Prensa de Tucumán se convocó a una asamblea en la puerta de la radio (Mendoza 273), hoy a las 12,00, para solidarizarse con los trabajadores y exigir el fin de la precarización que ejerce Pericas en LV7, el pago inmediato de los salarios adeudados y mejoras en las condiciones de trabajo y en el trato a sus empleados.

“Exigimos que se pague el sueldo a todos los trabajadores de la radio y el blanqueo laboral a cada uno con sueldos dignos y no la miseria que abona sin que supere el mínimo vital y móvil. Desde el gremio pelearemos hasta las últimas consecuencias exigiendo que se cumpla con nuestro Convenio Colectivo de Trabajo y el Estatuto Profesional del Periodista”, expresaron desde la APT.

Lo llamativo es que Pericás se desenvuelve con la misma impunidad desde hace años. Apela a testaferros o figuras legales de dudosa transparencia para seguir al frente de la emisora mientras negrea a los trabajadores. Mientras tanto, la publicidad oficial sigue fluyendo desde la Casa de Gobierno.