La petrolera estatal pide "evitar un recrudecimiento de las hostilidades" en el principal campo de Libia".

La petrolera estatal pide

La Corporación Nacional del Petróleo de Libia (NOC, por sus siglas en inglés) ha pedido este viernes a todas las partes que "eviten un recrudecimiento de las hostilidades" en el campo petrolero de El Sharara, tomado el miércoles por las fuerzas leales al gobierno asentado en el este del país.

 

En un comunicado publicado en su página web, la empresa estatal ha dicho que "sigue de cerca" los acontecimientos y ha alertado contra cualquier "acción que pueda poner en peligro al personal o la infraestructura del mayor y más importante campo petrolero de Libia".

"La seguridad de los trabajadores sigue siendo nuestra principal preocupación. Pedimos a las partes que eviten el conflicto y la politización de infraestructuras clave", ha dicho el presidente de la NOC, Mustafá Sanalá.

"Cualquier daño al campo podría tener consecuencias graves para el sector, el medio ambiente y la economía nacional", ha señalado, antes de recalcar que "obviamente, las operaciones no se pueden reiniciar hasta que no se haya restaurado la seguridad".

El Sharara fue tomado a principios de diciembre por grupos de miembros de tribus, manifestantes armados y guardias estatales que exigían pagos de salarios y fondos para el desarrollo.

Sin embargo, algunos miembros de una tribu que demandan fondos para el desarrollo han permanecido en el campo petrolero, lo que llevó a las tropas leales al mariscal de campo Jalifa Haftar a entrar el miércoles en las instalaciones.

La industria petrolera de Libia ha sufrido interrupciones desde que comenzaron los disturbios. Manifestantes y grupos armados han atacado en reiteradas ocasiones campos petroleros y la infraestructura energética.

Las fuerzas leales al gobierno asentado en el este del país comenzaron el mes pasado una ofensiva en el sur para asegurar los campos petroleros, con la toma de El Sharara cumplieron su promesa de avanzar hacia el campo.

Libia se encuentra inmersa en el caos desde la caída en 2011 del régimen de Muamar Gadafi, dividida 'de facto' entre dos administraciones y salpicada aún por una amalgama de milicias armadas.

Las principales facciones llegaron en mayo a un principio de acuerdo para celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales el pasado 10 de diciembre. Sin embargo, el enviado especial de la ONU para Libia, Ghasán Salamé, descartó esta fecha y apuntó a 2019 como objetivo."

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