Las petroleras volvieron a reclamar subas en las naftas

Las petroleras volvieron a reclamar subas en las naftas

Se encontraron con Aranguren y resurgió el tema; el Gobierno, en cambio, quiere llevar el precio local del crudo a valores internacionales en septiembre del año próximo

 

Aunque pasó casi un año, la devaluación de diciembre de 2015 le sigue generando problemas al Gobierno en el manejo de la economía cotidiana. La cuestión resurgió ayer por la mañana en una reunión que empresarios del sector petrolero mantuvieron con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, en el Palacio de Hacienda. Habían sido convocados para discutir el futuro del denominado "barril criollo", un esquema que la administración de Mauricio Macri heredó de su antecesora y consiste en sostener un valor más alto que el internacional para el crudo local con vistas a mantener el nivel de actividad. Sin embargo, la cuestión de los surtidores, ubicados en la otra punta de la cadena petrolera, se coló en la discusión.

El argumento de los refinadores, encargados de producir y vender las naftas y el gasoil, fue bastante concreto: la devaluación de este año supera el 60%, pero los precios de los combustibles treparon apenas 30 por ciento. Aunque se venden en pesos, los combustibles están altamente dolarizados. Sucede que el crudo representa aproximadamente un 80% de los costos del negocio, que están atados a la moneda norteamericana.

Las empresas no le pusieron números a una futura suba de los precios, pero datos de la petrolera estatal muestran las diferencias entre el pasado y la actualidad. Según su última presentación de resultados, las naftas están en dólares 17,3% por debajo del precio promedio de los primeros nueve meses del año pasado, mientras que la caída para el mismo período en el caso del gasoil fue de 19 por ciento.

Es una manta que siempre queda corta. Cada aumento en los combustibles irrita a los automovilistas y enciende la inflación, pero al mismo tiempo las compañías acusan una fuerte pérdida de rentabilidad por los valores actuales.

Entre los asistentes estuvieron dos de sus grandes referentes: el presidente de Shell, Teófilo Lacroze, dueño del último sillón que ocupó Aranguren en su largo paso por el sector privado, y Carlos Alfonsi, el principal ejecutivo de YPF dedicado a atender esta parte del negocio.

Aranguren siguió su manual habitual. Se inclinó a favor de palabras como acuerdo y consenso, aseguró que no buscaba ninguna clase de imposición y remarcó que el Gobierno espera que no haya remarcaciones en los surtidores en las próximas semanas.

Del encuentro participaron los productores de petróleo, que cargan con sus propios problemas. Como casi todo el mundo esperaba, no asomó el atisbo de ningún acuerdo, por lo que todos volverán a verse las caras mañana, en una nueva reunión con Aranguren en la cual deberían volver con propuestas que acerquen las posiciones.

Barril criollo

El Gobierno quiere redefinir en las próximas semanas el funcionamiento del upstream, que agrupa a las actividades de exploración y de producción de hidrocarburos. Eso implica comenzar un camino de convergencia en el precio local del petróleo con el internacional, que es más barato. Los mecanismos están en estudio. El secretario del gremio petrolero de Neuquén, Guillermo Pereyra, le explicó a LA NACION que una de las alternativas contempla llevar el valor del denominado Medanito, propio de esa provincia, a los US$ 63 a partir del mes próximo (es la cifra que ya se maneja en la actualidad) y bajar un dólar por mes hasta septiembre, cuando alcanzaría los US$ 56, una cifra más cercana a las referencias internacionales. Esa propuesta se repitió ayer en el encuentro.

Para las empresas, se trata de una iniciativa bastante vacía. Eso se debe a que la mayoría de las operaciones en el mercado local toman de hecho como referencia los valores internacionales, por lo que el denominado precio sostén quedó en desuso.

La misma propuesta contempla que el precio no tenga techo. En otros términos: si los valores internacionales vuelven a subir por encima de los US$ 100 no habrá mecanismos que limiten su impacto.

La pelea por el precio colocó al sector en una encrucijada. La semana pasada YPF anunció una reducción de actividad en Neuquén que provocaría 1700 despidos. El gremio respondió con un paro que, según Pereyra, comenzó a prepararse ayer a las 4 y se hizo sin sobresaltos.

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