Tras el cortocircuito de diciembre último, cuando la central obrera dio marcha atrás luego de haber acordado con el Gobierno cambios en la legislación laboral, la CGT y el bloque peronista del Senado recompusieron relaciones y cerraron filas en rechazo a los proyectos que impulsa el Gobierno.
"Nos parece bien el blanqueo laboral, pero rechazamos la modificación de la ley de contrato de trabajo", ratificó el jefe del Bloque Justicialista, Miguel Pichetto (Río Negro), tras reunirse con Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Omar Maturano, entre otros sindicalistas que concurrieron ayer al despacho del líder de la principal bancada de oposición de la Cámara alta.
Pichetto se refirió así a uno de los tres proyectos que impulsa el Gobierno y que fueron presentados por el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo (Pro-Capital). Las iniciativas se encuentran estancadas en la Comisión de Trabajo, que preside Daniel Lovera (PJ-La Pampa).
Si bien impulsa la instrumentación de mecanismos para luchar contra el trabajo informal, la iniciativa contempla modificaciones en el régimen del despido, al excluir del cálculo de la indemnización las vacaciones y las horas extras. "Esa modificación por el Senado no pasa", advirtió Pichetto al término de la reunión, de la que también participaron los gremialistas José Luis Lingieri y Jorge Sola.
Este encuentro implica un deshielo en las relaciones entre la central obrera y la principal bancada peronista del Senado, las que habían quedado congeladas luego de las poco disimuladas disidencias de diciembre pasado, cuando la CGT acordó un paquete de reformas laborales con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, que luego se negó a respaldar en el Senado.
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