La CGT pone en suspenso el paro, a la espera de ser recibida por el Presidente

La CGT pone en suspenso el paro, a la espera de ser recibida por el Presidente

Condiciona el levantamiento de la protesta a la reunión con Macri; pide un bono y la reforma de Ganancias

 

 Es curioso lo que sucede en la flamante CGT unificada: hubo ayer críticas generalizadas a la política económica del Gobierno y casi unanimidad en activar una medida de fuerza. Sin embargo, la central obrera estaría dispuesta a dilatar el primer paro en contra de la gestión de Mauricio Macri.

Con diferencias sectoriales aún muy latentes, el triunvirato que encabeza la CGT apostará a concretar en el corto plazo un encuentro cara a cara con Macri antes de impulsar una huelga, que inicialmente estaba prevista para octubre. La reunión con el Presidente podría ser el jueves 29 -junto con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay- y determinaría si el endurecimiento de los gremios es sólo retórico.

Desde hace dos semanas, el Gobierno puso en marcha un comité de funcionarios para tender puentes e intentar neutralizar una eventual protesta. La estrategia, en principio, tuvo éxito.

Tras el raid de reuniones con los funcionarios, la CGT pretende ahora conocer de boca del jefe del Estado cuál es su postura respecto de algunas inquietudes que tiene hoy el movimiento obrero. Hay cinco temas dominantes: saber si el Ministerio de Trabajo habilitará las negociaciones por un bono de fin de año; objetar el proyecto oficial para reformar el impuesto a las ganancias; influir en la reforma de las ART y hacer hincapié en la prevención de accidentes laborales y no en la reducción de la litigiosidad; conocer en detalle si es que realmente existe una intención oficial de modificar la legislación laboral para reducir costos y cargas patronales, y obtener el reconocimiento pleno de las autoridades tras la unificación de las tres vertientes en la que estaba dividida la CGT.

Sobre este último punto, hubo ayer un episodio que se tomó como un desafío del Gobierno: el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, recibió a Gerónimo Venegas, el sindicalista que impugnó la elección del triunvirato por considerar que hubo irregularidades en el proceso electoral. Venegas, que intenta construir el brazo sindical afín al macrismo, asistió a la reunión con una tropa de dirigentes que también se opone a la nueva CGT.

Otro hecho que avivó la tensión fue la intervención del Presidente, en Nueva York. "Confío en la prudencia del gremialismo argentino, el camino es el diálogo", dijo Macri. Así, dejó la puerta abierta a un posible encuentro con la dirigencia sindical. Pero aquí le respondieron con cierto malestar: "Siempre nos manejamos con prudencia y no necesitamos recomendaciones", desafió el colectivero Mario Calegari.

Plan de acción

La cúpula de la CGT acordó ayer detalles de lo que será el Comité Confederal de mañana. Convocó a sus 124 gremios adheridos a discutir sobre el rumbo político y económico, y decidir qué postura tomar ante la Casa Rosada. Lo más probable es que se autorice al triunvirato a determinar una "acción directa" o un plan de lucha, pero no se resolvería un paro. Surgirán advertencias, pero la amenaza se mantendría por ahora en el campo retórico.

Uno de los más duros fue Acuña, integrante del triunvirato. "Podemos hacer mil reuniones y crear mil comisiones, pero si no hacemos una medida de fuerza, no vamos a conseguir nada", planteó. Otra curiosidad: Luis Barrionuevo, impulsor de Acuña, conversó en secreto con Macri y le garantizó que mantendrá la paz social. La charla que Barrionuevo tuvo por teléfono con el Presidente también la tuvo Hugo Moyano, aunque en persona.

La decisión momentánea de no avanzar con un paro generó ruidos. Sergio Romero, del gremio docente UDA, adelantó una huelga sectorial para el martes, cuando el plan original era parar con toda la CGT.

En la vereda de enfrente, hay otros gremios sensiblemente condicionados para activar una protesta. Ejemplos: los colectiveros de la UTA y los ferroviarios de La Fraternidad están atados a los subsidios estatales. Algo parecido ocurre con el jefe de UPCN, Andrés Rodríguez, que negocia para que se dupliquen los ingresos en planta permanente de la administración pública después de los casi 11.000 despidos durante el primer trimestre.

Será determinante el clima interno que se refleje en el confederal de mañana. Si la mayoría de los 124 gremios adheridos empuja para una medida de fuerza, el triunvirato tendrá su primer gran desafío. Mientras tanto, las dos CTA y los movimientos sociales esperan con la guardia en alto, decididos a llevar sus reclamos a la calle.

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