Postales de una emoción que se vivió en todo el país por el pase a la final

Miles de hinchas se concentraron en el Obelisco y en cada barrio porteño; la imagen se replicó en todas las capitales provinciales y en ciudades de todo el mundo donde los argentinos expresaron su alegría y la viralizaron a través de las redes sociales

En el Obelisco estuvo la fiesta principal, pero la escena se repitió en todas las plazas del país, y las redes sociales dieron cuenta de celebraciones similares en todo el mundo. En cada uno de esos lugares, multitudes o puñados de eufóricos argentinos festejaron el pase de la selección a la final de la Copa del Mundo. Y la música fue la misma: "Brasil, decime qué se siente..."

En Córdoba, el patio Olmos; en Rosario, el Monumento a la Bandera; en Tucumán, la plaza Independencia; en Bariloche, el Centro Cívico, y así cada punto de la Argentina festejó como hace 24 años, cuando en el Mundial de Italia la Argentina llegó a una instancia similar. En todo el país hubo caravanas de a pie o en auto que tocanban bocina (allí donde el tránsito tuvo espacio suficiente para circular), y hasta fuegos artificiales.

Pasado el sufrimiento de los 90 minutos, la media hora de alargue y el suplicio de los penales, tempranamente aliviado por el arquero Sergio Romero -que atajó el primero de los tiros al arco-, cientos de miles de personas se volcaron a las calles. Hasta la media noche seguían llegando hinchas al centro porteño desde los barrios -en cada uno de los cuales hubo antes un festejo propio-. En Caballito, en Acoyte y Rivadavia; en Belgrano, en Cabildo y Juramento; en Barrio Norte, en Santa Fe y Pueyrredón; en Villa Crespo, en Scalabrini Ortiz y Corrientes, y así en cada uno de los cien barrios porteños. También en el conurbano bonaerense se celebró con algarabía en los tres costados: Sur, Norte y Oeste.

Los primeros en acercarse a 9 de Julio y Corrientes fueron quienes habían seguido el partido con Holanda en la plaza San Martín, en Retiro, donde el gobierno porteño instaló una pantalla gigante. "Es uno de los días más emocionantes de mi vida. Traje a mis hijos a festejar a lo grande, para que siempre recuerden que formaron parte de esto", dijo Horacio Gutiérrez, un comerciante de Retiro, mientras saltaba con otros cientos de hinchas en el Obelisco, embanderados con los colores celeste y blanco. "Vine a sentir de cerca la alegría de los argentinos", agregó Larlesiani Johnson, una estadounidense de 23 años que vino al país a estudiar español.

En La Plata, el punto de encuentro fue la plaza Moreno, donde la pantalla gigante instalada desde el inicio del Mundial acaparaba la atención de todos, eclipsando a la venerable catedral que quedaba detrás. Apareció la imagen de Javier Mascherano, que lloraba, y muchos de los que estaban en la plaza lloraron también. Hubo ovaciones, aplausos, fuegos artificiales. Y la columna que tomó por la calle 51 hacia la otra plaza céntrica, la San Martín, para llegar a 7 y 50, la esquina histórica de los festejos que, minutos después de terminado el partido, ya era un hervidero.

La capital bonaerense gritó, vibró, cantó. Era un momento histórico y todos lo sabían. Alguien sacó una pelota y se armó un picadito. Un chico perseguía a otro balón más liviano y de colores más vivos. Alguien abrazó, alguien besó, alguien volvió a llorar.

En Santa Fe, el punto de encuentro fue Pellegrini y Rivadavia, en el centro geográfico de la ciudad. Otros prefirieron circular por avenidas, como las costaneras Este y Oeste, las que bordean la laguna Setúbal (al este del municipio), o la zona del Puente Colgante, haciendo flamear banderas, y al sonar de las bocinas de los automóviles y motocicletas. Del otro lado del túnel subfluvial, en Paraná,los festejos se concentraron en la plaza 1° de Mayo. "Volveremos, volveremos, volveremos otra vez. Volveremos a ser campeones, como la primera vez", cantaron, a los gritos, grandes y chicos.

En Mar del Plata, una caravana de automóviles también recorrió las calles a puro bocinazo para revivir una ciudad desolada y en silencio en sus espacios públicos durante las más de dos horas de sufrimiento que fue esta semifinal. Épica. Y con un sueño por delante.

En Río Gallegos, el festejo fue doble: no solo ganó el seleccionado, sino que esta vez, a diferencia del partido contra Bélgica, el encuentro se pudo ver por TV. El sábado pasado, diez minutos antes del inicio del juego un apagón eléctrico, que se habría generado en el Sistema Interconectado Nacional, había dejado a la ciudad de la Presidenta sin luz durante las dos horas clave. Esta vez, las atajadas de Romero se pudieron ver y apenas terminado el partido la ciudad se volcó a la esquina de los festejos históricos y los reclamos sociales, allí donde cruzan las avenidas San Martín y Presidente Néstor Kirchner. En El Calafate, ni los 7 grados bajo cero de sensación térmica que cortaban el aliento, impidieron que lugareños y algunos pocos turistas se juntaran a festejar en la plaza Perito Moreno, con bocinas, bombos y redoblantes improvisaban batucadas en las calles.

En Bariloche una multitud colmó el Centro Cívico y con euforia festejó el pase a la final. En la principal calle comercial, Mitre, donde en los últimos festejos se produjeron hechos de vandalismo, se reforzó la seguridad con vallas e incluso algunos comercios tapiaron sus vidrieras. Esta vez el municipio pidió colaboración a las fuerzas federales para coordinar el operativo de seguridad.

En Neuquén, las celebraciones esta vez también fueron en paz -a diferencia de las que siguieron al triunfo frente a Suiza, tras el cual hubo incidentes y corridas-. En Salta, los celebrantes se concentraron en la plaza 9 de Julio, y una caravana de vehículos de un kilómetro dejó ver rostros pintados, camisetas, binchas y banderas. Y en San Juan, la plaza 25 de Mayo desbordó de hinchas que repasaron completo el cancionero popular de las tribunas, desde "Vamos vamos" hasta el "Brasil, decime qué se siente", sin olvidar "El que no salta es un inglés".

Informes de Agustina Mac Mullen, Sebastián Lalaurette, José E. Bordón, Soledad Maradona y Mariela Arias

MENDOZA: DEL SILENCIO ABSOLUTO AL ESTALLIDO TOTAL

MENDOZA.- Miles de almas fundidas en abrazos. Del silencio absoluto al estallido total. Pasaron pocos minutos para que la gente se abarrotara en el microcentro. "Argentina, te quiero, te llevo en mi corazón. Seremos campeones otra vez, no hay dudas", expresó con lágrimas en los ojos Mariano González (20), de Las Heras. "Acá estamos y seguiremos estando el domingo para festejar", dijo Lorena Ríos, de Guaymallén. "Brasil decimen que se siente", salía de cada casa, auto, en cada rincón de la ciudad.

Por Pablo Mannino

MAR DEL PLATA: LA "FELIZ" SE VISTIÓ DE EMOCIÓN

MAR DEL PLATA.- Ni el frío ni nada. A las calles templados por el celeste y el blanco que recorrió las calles, se paseó por la costa y vivió su mayor fiesta, como pocas veces vista, en los alrededores del palacio comunal. "Vivir esta oportunidad con mis hijos es lo más grande que me puede dar el fútbol", contó Raúl Alvarez junto a Sofía y Matías. Disfrazados, con pelucas pero siempre con las banderas como común denominador, los marplatenses se adueñaron de la noche que fue muy larga.

Por Darío Palavecino

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