Preocupación en Provincia por el saqueo del Puerto Quequén

Puerto Quequén es un continuo dolor de cabeza para la gobernadora María Eugenia Vidal, al punto de que la semana pasada envió al subsecretario de puertos, Héctor Lobbosco, a poner en vereda al presidente del Consorcio, Arturo Rojas, y su sequito.

Se comenta que el cargo le queda grande al ex concejal del Partido Fe, que la ambición de Rojas es más grande que su capacidad para manejar un puerto que en los últimos años ha superado uno tras otro los récords de toneladas de granos exportados.

Una de sus primeras gestiones fue crear cargos VIP para amigos de copas y militancia ligados a la agrupación Compromiso y Dignidad, que conocen las andanzas de Rojas por los boliches necochenses y que en más de una oportunidad cubrieron sus excesos.

Pablo Aued, uno de los "súper gerentes" impuesto por el veterano sindicalista Gerónimo Venegas, con apenas dos meses en el cargo ya se tomó sus primeras vacaciones. Un idílico viaje a Inglaterra, uno de los destinos más caros de Europa, junto a Daniel Arce, director del Consorcio y representante de las poderosas empresas concesionarias del puerto, a quienes deben controlar.

Este viaje constituye una acción de suma gravedad atento que Arce, representante de la poderosa Terminal Quequén, está pidiendo prórroga de la concesión de dicha empresa, con una oferta de inversión en dólares que no llega al 10 por ciento de la que hizo la ultra criticada Sitio 0 para tener un elevador de privilegio similar en el que se quiere perpetuar Terminal Quequén.

Pero Aued no es el único "súper gerente" que mantiene relaciones carnales y sospechosamente cercanas a empresarios ligados a la operatoria portuaria. Otro de los beneficiados por Rojas es Artemio Zufriategui, yerno de Venegas, que habita un departamento de lujo propiedad de uno de los dueños de la empresa Brisamar SA, una agencia de transporte marítimo que opera en puerto Quequén.

Zufriategui saltó a la fama durante la investigación por la muerte de la joven Melisa Nuñez, intoxicada con photoxin tras un derrame ocurrido en el depósito de la empresa Shipinsuarence S.A., que operaba en Puerto Quequén de manera irregular. Entonces se desempeñaba como jefe de seguridad y rompió con todos los protocolos para permitir que el empresario Fernando Cañadas, ligado a Gerónimo Venegas, pudiera entrar y salir del puerto sin ningún tipo de controles. 

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