Presión gremial para que la CGT marche contra el Gobierno antes de las PASO

Presión gremial para que la CGT marche contra el Gobierno antes de las PASO

Gremios del transporte y sindicatos K reclaman apurar una protesta, pero en la conducción sindical temen que quede empañada por la puja electoral. Reunión clave el jueves

Pese a la creciente presión de múltiples sectores sindicales para retomar cuanto antes la estrategia de confrontación con el Gobierno, en la primera línea de la CGT persisten las diferencias sobre la conveniencia de avanzar con protestas o movilizaciones en medio del trámite de la campaña electoral. Ese debate podría comenzar a zanjarse la próxima semana cuando está previsto un encuentro del consejo directivo cegetista, el primero tras el revés que significó para los gremios la definición del aumento del salario mínimo, fijado unilateralmente por el Ministerio de Trabajo, y en el contexto de malestar sindical creciente por la situación económica y la intervención de algunos sindicatos.

 

 

Con ese telón de fondo, sectores gremiales vinculados al kirchnerismo, entre los que se enrolan la CTA de Hugo Yasky y la Corriente Sindical de Sergio Palazzo avanzaron en las últimas horas en la convocatoria a una movilización para el próximo 7 de agosto, con el propósito de denunciar una persecución oficial contra los sindicatos y protestar por los efectos sociales de la política económica de la administración de Mauricio Macri.

Casi en paralelo, los poderosos gremios del transporte agrupados en la CATT, resolvieron llevar a la mesa de decisiones de la conducción cegetista el reclamo de convocar a una marcha contra el Ejecutivo para antes de fin de mes. Ese planteo (se menciona la posibilidad de una protesta para el 26 de julio frente al monumento al Trabajador, a metros de la sede cegetista) cuenta con el aval de Hugo Moyano y de Juan Carlos Schmid, titular de la CATT y uno de los miembros del triunvirato de conducción de la central obrera. También Carlos Acuña, otro de los triunviros, comparte la posición de los gremios del transporte, lo que sumaría la adhesión del frente sindical alineado al gastronómico Luis Barrionuevo.

 

 

En cambio, la idea de una protesta es resistida por los grupos de los "independientes" y "gordos" de la central, sector en el que se referencia Héctor Daer, el tercer miembro de la cúpula. Allí advierten sobre el peligro de que cualquier protesta quede "entrampada" en la lógica electoral y se pierda la legitimidad del reclamo de los trabajadores. "Si hacemos una marcha se montan todos y el kirchnerismo lo va a querer aprovechar, lo que solo le termina jugando a favor del Gobierno", alertó un dirigente. No obstante, otra voz del mismo sector admitió que se debe dar la discusión puertas adentro de la CGT para definir los pasos a seguir. "Hoy el consenso no está, pero la próxima semana ya se verá", enfatizó.

 

 

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