El Ejecutivo negocia los números con los gobernadores y la CGT
Las demoras en alcanzar un punto de acuerdo con los gobernadores llevó a que, pese al compromiso de un debate en paralelo con el Presupuesto 2017, las reformas del Impuesto a las Ganancias y de la ley de Responsabilidad Fiscal todavía no tengan un proyecto de ley ingresado al Congreso.
Esa tardanza, que en Cambiemos minimizan, está apretando seriamente la agenda parlamentaria. La que, casi con seguridad, acabará con el llamado a sesiones extraordinarias. El mes pasado, el oficialismo pronosticaba que antes de que arranque octubre el promocionado proyecto para modificar las escalas y las alícuotas del Impuesto a las Ganancias estaría ingresado a la Cámara de Diputados. No pasó. Tampoco lo hizo la reforma a la ley de Responsabilidad Fiscal, con la que buscan poner más trabas a las posibilidades de endeudamiento de las provincias.
En el borrador que maneja el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, el 2 de noviembre ese cuerpo debería dar media sanción al Presupuesto, a las modificaciones en la ley de Responsabilidad Fiscal y a los superpoderes, cuyo proyecto tampoco ingresó pero se viene hablando con la oposición: se pondrían topes al porcentaje de partidas presupuestarias que el Ejecutivo puede redireccionar sin pasar por el Congreso y, a su vez, esos porcentajes se irían reduciendo año a año. Resta saber los márgenes que se terminarán acordando para definir esos topes. Pero por acá día sin que esos textos aparezcan las chances de cumplir con los plazos pautados se complican más.
Ganancias y la ley de responsabilidad fiscal
son parte de las charlas con las provincias
El mayor problema lo tienen con Ganancias. Mientras los legisladores y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, recepcionan las demandas de los gobernadores, quienes pretenden que los cambios sean exiguos para reducir lo menos posible la recaudación de esa alícuota, en Casa Rosada escuchan los reclamos de la CGT. Por eso la decisión fue patear su trámite parlamentario para el cierre del año: en el calendario de sesiones que Monzó acordó con el massismo y el bloque Justicialista de Diego Bossio se agendó llevar ese proyecto el 30 de noviembre, el último día del período parlamentario 2016.
Por lo que ya prevén que, por el menos, el Senado tendrá que seguir sesionando en diciembre para aprobarlo. El problema es que, tal como viene barajado, es probable que la Cámara alta tampoco llegue a convertir en ley el Presupuesto dentro del período 2016. Si Diputados cumple con lo pautado y le da media sanción el 2 de noviembre, los senadores tendrán menos de un mes para tratarlo.
En Cambiemos aseguran que los reclamos de los gobernadores se están recepcionando en el Gobierno y se están trasladando al proyecto que tramita en Diputados, para que no haya trabas en su paso por el Senado.
Pero en la Cámara alta afirman que ellos no forman parte de lo que se negocia en el ala norte del Congreso y que ellos recién echarán mano al articulado de la ley de leyes cuando lo aprueben los diputados. Una posición difícil de creer.
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