La ley de primer empleo, atrapada en un laberinto sin salida en Diputados

La ley de primer empleo, atrapada en un laberinto sin salida en Diputados

El peronismo, en sus distintas versiones, objeta el proyecto y en las centrales obreras evocan legislaciones flexibilizadoras de los 90. Es la norma que Macri creyó que estaba aprobada y en una presentación agradeció al Congreso.

La ley de primer empleo que impulsa el Gobierno en el Congreso, y que motivó la semana pasada un fallido de Mauricio Macri, entró en un laberinto del que el oficialismo parece impedido de salir. El proyecto cuenta con una oposición cerrada de la mayoría de los bloques en Diputados pero la línea dura de Cambiemos dice estar resuelta a impulsarla, incluso frente a la posibilidad de asumir el costo político de una derrota legislativa. 

En el Gabinete económico le admitieron a este diario que la iniciativa, encargada por Macri a sus técnicos, cuenta con la autoría ideológica del secretario de Empleo, Miguel Angel Ponte, un exejecutivo del Grupo Techint. Y explicaron que a pesar de tener la aprobación del propio ministro del área, Jorge Triaca, no mereció una valoración política de sus chances en la comisión de Legislación del Trabajo, en donde hegemonizan las distintas ramas del justicialismo y de todas las centrales obreras. 

El plan contempla exenciones para los empresarios dispuestos a incorporar a trabajadores de 18 a 24 años con escaso tránsito en el mercado laboral. Los empleadores en esos casos serán beneficiados con la reducción de contribuciones patronales y con incentivos durante los tres primeros años del vínculo laboral. 

Para los bloques peronistas, y en particular los legisladores de extracción sindical, se trata de un remedo de los proyectos de flexibilización propios de los '90, ideados para reducir el costo laboral pero sin un resultado comprobado de apuntalamiento del empleo. De hecho, una de las principales preocupaciones en la oposición es que la puesta en práctica de esa modalidad termine por generar el reemplazo de empleados con antigüedad por otros nuevos, a menor costo. 

El viernes pasado, durante un acto, Macri festejó y agradeció que el Congreso "haya aprobado" la norma, que en rigor está bajo estudio de la Comisión de Trabajo, la primera por la que debe transitar en la Cámara baja. En los bloques no macristas confirmaron que el proyecto está muy lejos de avanzar. 

"Ningún diputado de extracción sindical va a votar esa ley. Ninguna central obrera está de acuerdo. Tiene tufillo a los '90 y a la onda (del exministro de Economía, Domingo) Cavallo", le aseguró a este diario Edgardo Depetri, diputado por el Frente para la Victoria. Para el legislador "no hay mucho entusiasmo" por darle celeridad en la comisión que preside el sindicalista petrolero Alberto Roberti, y recordó que ese mismo órgano legislativo "fue el que impulsó la ley antidespidos" que terminó por vetar el jefe de Estado. 

En la misma línea, el diputado Jorge Taboada, jefe del gremio de Camioneros en Chubut, dijo no estar "muy de acuerdo" con los postulados del proyecto: "En la forma en que está redactado puede poner en peligro el empleo de los trabajadores que hoy tienen más de 35 años y familia, al ser reemplazados por otros que son más baratos y que vienen con un aporte del Estado", razonó. 

También fue objetada la iniciativa en el Frente Renovador. La única duda que subsistía en el receso legislativo giraba en torno de una eventual negociación de Roberti, del Bloque Justicialista, con Cambiemos para encontrarle una salida, hasta ahora poco probable, para su tránsito parlamentario.

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