“Era la primera vez que subíamos al barco”

“Era la primera vez que subíamos al barco”
Facundo Somoza y Luis Robledo son dos de los marineros que sobrevivieron al naufragio del Orión I, acontecido el jueves pasado frente a las costas de Villa Gesell. “Empezó a entrar agua y nos dijeron que nos tiráramos a la balsa”, le contaron a REVISTA PUERTO.

Facundo Somoza y Luis Robledo se arriman con timidez a la mesa del escritorio del fondo del Sindicato Obrero Marítimos Unidos (SOMU), donde contarán lo que vivieron antes, durante y después del naufragio del buque potero Orión I, que se hundió en la tarde del jueves, a 18 millas de la costa de Villa Gesell, cuando navegaba con la tripulación mínima de seguridad en servicio de pilotaje hasta el puerto capitalino.

Ninguno de los dos luce como sobreviviente de un naufragio. No al menos el que uno construye como imagen estereotipada, con el barco dando vuelta de campana repentinamente y sin mucho tiempo para salir a flote y escapar de la succión del barco en el camino final hasta el lecho marino.

Somoza es el más locuaz. Tiene rulos rubios y fuma para calmar la ansiedad. “Nos dijeron que había comenzado a entrar agua por la sentina de la sala de máquinas y que el barco se estaban hundiendo. A los pocos minutos nos dijeron que nos tiráramos a la balsa. Y eso hicimos”, construye los últimos minutos arriba del Orión I.

Somoza tiene 28 años y hace siete que es marinero. Toda la zafra del calamar la completó a bordo del “White 616” de la empresa Novamar. Es la primera vez que le toca enfrentar un incidente como este. “El barco escoró a eso de las dos. A nosotros nos rescató el helicóptero de la Prefectura desde la balsa”, recuerda. Dice que estaban todos mojados, pero ninguno había entrado en pánico.

Robledo también tiene 28 años. Como su compañero, también es marplatense, aunque este año solo ha hecho relevos. “Era la primera vez que nos subíamos al barco”, confiesa el marinero. Él también fue rescatado por el helicóptero. Luego volvieron en camioneta a Mar del Plata y declararon esa misma noche en Prefectura.

Los otros cuatro compañeros fueron rescatados por el barco costero Libertad. Ahí estaban cuando llegó el Guardacostas. Se quedaron hasta comprobar que el Orión I había desaparecido de la superficie. Y regresaron esa misma noche a Mar del Plata.

“Eso tenés que preguntarle al jefe de máquinas”, contestó Somoza cuando le preguntamos qué cree que había pasado como para que el buque se hundiese. Rubén Manno, el secretario General del SOMU, participa de la charla. El dirigente destaca que a las pocas horas se hizo presente el armador, Sergio Quiroga, de la empresa Cruz del Sur.

“Fue a Prefectura y le dio un adelanto a los muchachos. La liquidación del viaje estará en un par de días. El Artículo 41 del Convenio establece un reembolso para los compañeros en estos casos, ante la pérdida de sus efectos personales”, explica Manno.

En el SOMU no sabían cuál era la empresa aseguradora del Orión I. Tampoco la prestadora de ART de los tripulantes. “Estamos bien, fuimos contenidos por la Prefectura y también por el gremio. Todos se portaron bárbaro”, agrega Somoza.

El Orión I tenía el certificado de seguridad vigente emitido por Prefectura y había participado de la zafra hasta que se mantuvo abierta. La última marea, en julio pasado, había desembarcado más de 200 mil toneladas. “Era un barco viejo, como la mayoría de las embarcaciones poteras que participan de la zafra”, dijo Robledo.

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