Problemas de espacio padecen las secundarias creadas en 2008

Son instituciones que comparten edificio con escuelas primarias. De las 6 existentes en la ciudad, tres no tienen ninguna obra de ampliación en marcha. Las escuelas triplicaron la matrícula desde su creación, pero encuentran un límite en el espacio físico.
Varias secundarias que comparten edificio con escuelas primarias, aún no pudieron “independizar” su espacio físico y siguen padeciendo serios problemas por la falta de aulas. Mientras la cantidad de alumnos se triplicó en 3 años, la infraestructura no creció en paralelo.

Seis cursos de tercer año fueron “agregados” en el año 2008 a las primarias que tenían el tercer ciclo de la ex EGB (es decir, hasta el 2º año del actual secundario) con la intención de ir incorporando progresivamente las demás comisiones hasta completar el quinto. El año pasado egresó la primera promoción de estas nuevas secundarias que surgieron en barrios periféricos para garantizar bancos, ya que la educación media se convirtió en obligatoria.

Desde el principio, las instituciones contaron con un director y cargos docentes pero no con un edificio propio. La promesa fue que se irían construyendo salones hasta lograr separar la secundaria de la escuela primaria sede. Hasta ahora, sólo la técnica 508 -que funciona en la escuela Combate del Quebracho- fue beneficiada con un inmueble nuevo, de primer nivel. En tanto, en otras dos secundarias se están edificando aulas, y el resto viene muy rezagado con las obras.

En esta última situación, se encuentra la secundaria Nº 512, del barrio Santa Rosa de Lima. “La única obra que hubo acá fue la subdivisión de un salón de clases. El problema es la falta de terreno libre para edificar que hace que no podamos crecer. El año pasado se acercó personal del Ministerio de Educación y planteó construir una planta alta, pero el proyecto quedó parado porque la inundación dejó inestables los cimientos”, dijo Javier Perino, director de la escuela 512 que funciona en un sector de la primaria Estanislao López, ubicada en Estrada 2290.

Esta escuela media empezó con 93 alumnos y hoy tiene 253. Las aulas están superpobladas, la dirección y secretaría funcionan en un espacio mínimo, y una lonja de reducidas proporciones hace las veces de patio escolar. La institución cuenta con la terminalidad en Ciencias Naturales, pero tampoco hay lugar para montar un laboratorio así que los ensayos con pipetas se hacen en el aula.

“La matrícula sigue creciendo. El problema es que los alumnos intentan incorporarse en otras escuelas del centro pero no pueden sostener el pago del boleto de colectivo y deben volver al barrio. Estamos viendo dónde ubicarlos porque no hay lugar; tenemos un curso con 35 alumnos”, reclamó el director.

El Litoral constató que en una situación similar está la secundaria Nº 510, que funciona en el primer piso de la escuela primaria Gregorio Las Heras, sita en Artitóbulo del Valle 8550. No se construyeron nuevas aulas y, como toda ampliación, se ejecutó un pabellón sanitario.

Desde la escuela media Nº 511 Prof. Enrique Muttis -nombre en proceso de aceptación-, que comparte sede con la primaria Pascual Echagüe (sita en Entre Ríos 3642), se informó que hasta ahora no hubo obras de ampliación y que se están haciendo las gestiones correspondientes. Mientras, la matrícula creció de 95 a 220 alumnos a medida que se fueron agregando las comisiones faltantes.

Apretados

En la secundaria Nº 506, que funciona dentro del edificio de la primaria Luis Borruat, del barrio Santa Rosa de Lima, los adolescentes están sumamente apretados en pequeñas habitaciones. Por la falta de espacio, un grupo de 2do año fue “hacinado” en el dormitorio de la casa-albergue del director escolar, de escasa superficie.

Otro grupo de 5to año tiene clases en lo que sería el “comedor” de la vivienda. También hay un curso apretujado en una pieza anexa a la escuela primaria y otro que tiene clases en el laboratorio escolar (los chicos de la Borruat hace años que no lo pueden usar), con los bancos ubicados entre las mesadas y piletones.

Si bien se están edificando dos aulas nuevas para esta secundaria, la directora María Cristina Rey indicó que pasará tiempo hasta que se puedan utilizar porque la idea es continuar esa construcción en planta alta hasta contar con 4 salones que brinden una real solución al grave problema de espacio. “La Borruat nos cedió las aulas que podía y así funcionamos dispersos por todo el edificio: algunos cursos en el ala oeste, otro el laboratorio, otros dos en la casa-albergue que está más allá”, describió Rey, cuya escuela pasó de tener 70 alumnos a más de 200.

La mayoría de las instituciones consultadas reclamaron, además, cargos de secretarios y porteros.

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