Un 70% de la producción de YPF será no convencional en cuatro años

Un 70% de la producción de YPF será no convencional en cuatro años

Actualmente la petrolera controlada por el Estado nacional extrae en Vaca Muerta un 33% de sus hidrocarburos. Para 2023 ese porcentaje trepará a un 70%, lo que le permitirá contar con sólidos márgenes de ingresos.

 

En menos de un lustro YPF elevará hasta un 70% la participación de los hidrocarburos no convencionales en su oferta total. Así lo prevé un informe de la calificadora de riesgo FixScr, filial de la agencia internacional FitchRatings.

La proyección indica que si bien el petróleo y el gas natural de Vaca Muerta hoy explican un 33% de la producción de la empresa, esos recursos significarán siete de cada 10 barriles equivalentes que obtenga en 2023. En paralelo, apuntó el trabajo, la reducción de los costos de desarrollo y operativos en dicha área de la Cuenca Neuquina hará posible que la compañía mantenga “sólidos márgenes en dicho segmento”. Es por eso que Fixscr confirmó la calificación ‘AAA (Arg)’ y la perspectiva ‘estable’ para YPF.

Según la calificadora, esta evaluación “refleja la estrecha relación con la percepción de riesgo de su principal accionista, el Estado argentino”. No obstante, debe resaltarse la disminución de la incertidumbre asociada a la gestión del negocio a partir de la adopción de diversas medidas en la industria energética. Éstas, señaló la firma, “han ido impactando gradualmente desde diciembre de 2015 hasta la fecha, y en especial durante 2017”.

De acuerdo con el informe, los precios del gas natural estimados en torno a los u$s 4 por millón de BTU y del petróleo en valores cercanos a los u$s 60 por barril contribuyen a crear “un ambiente propicio para las inversiones en la formación no convencional”. En este contexto, añadió el reporte, está todo dado para “mitigar el declino de la producción en las áreas convencionales”.

Si bien YPF aún deberá sortear importantes desafíos para “mejorar sus débiles indicadores operativos” y ampliar la eficiencia en sus principales segmentos de negocio, FixScr subrayó que una mayor flexibilidad operativa y financiera le permitirá “manejar los ciclos adversos del negocio sin afectar su calidad crediticia y sus sólidas métricas”.

En ese sentido, expresó, la petrolera se ve beneficiada por una “sólida posición de negocio en el mercado doméstico”, lo que junto con su alto nivel de integración vertical favorece su perfil operativo.

Alianzas estratégicas

Con la consolidación de la industria energética argentina, FixScr argumentó que YPF sostendrá el papel estratégico que desempeña para el Estado, al alcanzar una participación de un 45% en la producción de crudo y gas natural, y de un 55% en los principales productos refinados.

La calificadora ponderó, además, el plan de inversiones por u$s 21.000 millones que la empresa anunció para el período 2019-2023. Similar al presupuesto de los últimos cinco años, este monto se verá complementado por “diversas alianzas estratégicas con jugadores internacionales”. De ese modo, YPF no sólo podrá “ejecutar inversiones en exploración y producción de hidrocarburos”, sino que también estará en condiciones de “duplicar su capacidad de generación de electricidad”.

Gracias a sus asociaciones con otras organizaciones de envergadura, la compañía mantendrá su nivel de erogaciones “sin perder el liderazgo en la dinámica industria energética local ni deteriorar sus sólidas métricas crediticias”.

Según las previsiones de Fixscr, una mayor flexibilidad operativa y financiera le permitirá a YPF manejar los ciclos adversos del negocio sin afectar en demasía su calidad crediticia y sus sólidas métricas.

Cuestión de reservas

FixScr advirtió que a lo largo de 2017 las reservas hidrocarburíferas probadas de YPF cayeron un 16,5%, ubicándose en “un nivel levemente por debajo de los cinco años de producción y muy por debajo del óptimo de 10 años considerado”. En esa dirección, “un nivel bajo de la vida de las reservas podría implicar desafíos operacionales adicionales en el mediano a largo plazo”.

No obstante, la calificadora de riesgo precisó que el escenario vigente favorece la concreción de nuevas inversiones en la Cuenca Neuquina. Frente a ello, “la base de reservas podría experimentar un crecimiento gradual que permita mantener su vida promedio en el rango de seis a siete años”, concluyó. 

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