Profundizar la cultura democrática

Profundizar la cultura democrática

Ningún poder establecido constitucionalmente puede ser reducido a una actividad instrumental o decorativa. Sobre todo el Parlamento, donde la representación proporcional garantiza la presencia de distintas fuerzas políticas.

 

La Legislatura cordobesa se maneja con un criterio democrático bastante particular. De las 100 leyes presentadas por la oposición en 2017, sólo se aprobaron seis, en tanto que los 61 proyectos de ley presentados por el Ejecutivo dieron lugar a 64 leyes.

En un caso, más del 100 por ciento de efectividad. En el otro, apenas un magro seis por ciento. No son pocos los legisladores opositores que consideran que, en la práctica, el oficialismo se rige por un principio inviolable: a la oposición no se le debe aprobar ningún proyecto de ley, por bueno que sea.

Aurelio García Elorrio, representante de Encuentro Vecinal, lo explicó de este modo: “No está en la cultura política de esta Legislatura aprobarle leyes a la oposición. En este marco, el papel de la oposición queda muy devaluado”.

 

Como se dijo en otras oportunidades, y a propósito de realidades tan diferentes como el Congreso nacional o la Legislatura provincial, si se limita su funcionamiento a operar como una “escribanía” que suscribe sin discusión lo que demanda el Poder Ejecutivo, la democracia se resiente y pierde calidad.

 

Ningún poder establecido constitucionalmente puede ser reducido a una actividad instrumental o decorativa. Sobre todo el Parlamento, donde la representación proporcional garantiza la presencia de distintas fuerzas políticas.

Pero no se puede hablar de armónica convivencia si una de las fuerzas hace uso de su eventual mayoría para silenciar a las demás e imponer su agenda.

Según el jefe de la bancada oficialista, Carlos Gutiérrez, no importa la cantidad de leyes aprobadas sino su calidad. Una ley vale si tiene poder para modificar la realidad. Con ese criterio se manejaría Unión por Córdoba. Sólo aprueba leyes que le sirven a la sociedad para superar problemas. Además, deben ser proyectos que coincidan con el rumbo del Ejecutivo.

Lo curioso es que, entre los proyectos de la oposición no aprobados, estaban la adhesión a la Ley de Identidad de Género, la ampliación de las licencias por maternidad y paternidad, y un nuevo protocolo para la búsqueda de personas desaparecidas, entre otros. ¿No eran positivas para los cordobeses? ¿Acaso son temas que no están en la agenda del oficialismo?

Otro comportamiento extraño: muchos proyectos opositores son eclipsados por uno similar que presenta más tarde el oficialismo. Al haber más de uno, debe lograrse un consenso para la aprobación. Y en ese trámite, el bloque de Unión por Córdoba vuelve a imponer su punto de vista.

Todas las fuerzas políticas deben fomentar una profundización de la cultura democrática. En ese proceso, quienes ocupan el rol oficialista tienen la principal responsabilidad.

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