De esta forma, restaurantes, confiterías, bares, cafés, rotiserías, casas de té y demás locales similares de atención al público deberán colocar una jarra con un litro de agua potable, como mínimo, por mesa, y en caso de ser necesario, un dispensador de agua en un lugar visible y accesible. Los comercios que no cumplan con la normativa serán sancionados con multas de cinco a diez jus.

En los fundamentos, los legisladores sostienen que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el acceso seguro al agua potable salubre y al saneamiento como un derecho humano fundamental para el completo disfrute de la vida y de todos los demás derechos humanos. Retoman como antecedente además el concepto de ‘derecho de jarras’ instituido en la cátedra libre del agua de la Universidad Nacional de Rosario. La propuesta apunta a garantizar el acceso a agua pública y sana y gratuita mediante jarras u otros recipientes que estén frías en verano.

El proyecto de Ley -N°10.150- ingresó por mesa de entradas el 11 de octubre de 2016 con la firma de los diputados Santiago Nogueira y Jesús Escobar del bloque Libres del Sur.