El gobierno bonaerense le puso fecha a la nueva reunión por negociaciones paritarias: será el próximo miércoles 30 de noviembre. Así se lo comunicaron formalmente las autoridades de la Provincia de Buenos Aires a los gremios estatales encuadrados en la Ley 10.430.

Vale recordar que esta semana la gobernadora María Eugenia Vidal dijo que estaban avanzadas las negociaciones con los sindicatos que representan a los trabajadores del Estado provincial y, además, agradeció el acompañamiento de los mismos.

“Les agradecemos el esfuerzo y el acompañamiento que han tenido en una Provincia que estaba quebrada, en la que el año pasado a esta altura nos sentábamos por primera vez y no sa­bíamos si íbamos a poder pagar los sueldos y aguinaldo que estaban comprometidos”, reconoció Vidal al hablar del tema paritario, y anticipó: “Yo apuesto a que nos vamos a poner de acuerdo en un año como este en que, como ocurrió en los últimos cinco años, la inflación y la ausencia del Indec hacían todo más difícil. Hoy, en cambio, tenemos un Indec con números serios y creo que vamos a llegar a un consenso”.

Esas palabras dispararon la buena expectativa de los gremios para que de una vez por todas se alcance un acuerdo, en lo que sería un cambio de paradigma respecto a lo que fueron las negociaciones paritarias entre los sindicatos y el gobierno de turno en los últimos 15 años, las cuales estuvieron marcadas por numerosos conflictos que llevaron a que, por ejemplo, se perdieran numerosos días de clases o se paralizara la administración pública. 

La explícita intención de la gobernadora, en su discurso, pero también en el hecho fáctico de reabrir la paritaria, hace pensar en la posibilidad de un acuerdo integral con las organizaciones sindicales más representativas de la Provincia que contemple, además de una recomposición salarial para el último trimestre del año, un nuevo sistema de actualización automática de haberes a partir del incremento del costo de vida que registre el Indec. Una metodología de ese calibre permitiría que los salarios de los trabajadores estatales no sigan perdiendo la carrera contra la inflación.

En las antípodas de esa premisa, en cambio, está el bono de fin de año, el cual fue acordado entre gallos y medianoche a nivel nacional por dirigentes sindicales que poco peso tienen en territorio bonaerense, y que los principales dirigentes gremiales de la Provincia rechazan por considerarlo un mero “parche” que en ningún caso podría recomponer “realmente” el salario.

Cabe recordar que, en julio pasado, el gobierno bonaerense y los gremios estatales más representativos de la Provincia, como el Sindicato de Obreros y Empleados de la Minoridad y la Educación (Soeme), acordaron un aumento trimestral del 16% (julio, agosto y septiembre, que se suma al 15% otorgado a principios de año), con la condición de que las negociaciones paritarias se reabrieran este mes. 

A partir del último incremento, el salario promedio de los auxiliares de la educación supera los $10.000, mientras que el haber inicial en el régimen de 30 horas pasó a ser de $9.680. Este aumento fue retroactivo al 1º de julio.