Puja en CGT de Caló por paritarias y Ganancias

Puja en CGT de Caló por paritarias y Ganancias
DIFERENCIAS ENTRE DIRIGENTES POR EL POSICIONAMIENTO FRENTE AL GOBIERNO. EL RECLAMO DE UOM, NUEVO EJE DE CONFLICTO
Por: Mariano Martín

La CGT oficialista entró en una silenciosa disputa interna disparada por la manera de posicionarse frente al Gobierno. Sectores alineados por completo con el oficialismo pujan con otros más inclinados a exponer su malestar por las demandas hasta ahora no atendidas y por las presiones que existen para la firma de paritarias acordes con los requerimientos de los funcionarios. Las diferencias deberán saldarse antes del 10 de abril, cuando se reunirá el plenario de secretarios generales de la central que conduce Antonio Caló.

Los ejes de la discordia son los mismos que los del año pasado, aunque agudizados por la persistente indiferencia de Cristina de Kirchner. Y además de Ganancias, asignaciones familiares y fondos de las obras sociales, en los últimos días se agregó la insistencia del Gobierno en firmar acuerdos salariales por un año y medio, en línea con el modelo iniciado por el gremio de Luz y Fuerza.

El pedido de aumento de entre el 35% y el 37,5% elevado la semana pasada por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) será el eje de ese tironeo. Es que el sindicato que conduce Caló hizo ese planteo de incremento para un año de vigencia, cuando desde el Ejecutivo insistieron en que un aumento de esas características -de hecho, algunos puntos menos- sólo sería aceptable en caso de estirarse su validez al menos hasta pasada la mitad del año que viene.

Si el reclamo de los metalúrgicos prevé una vigencia de marzo de este año al mismo mes de 2013, en la CGT oficialista daban por hecho que el Ejecutivo sólo aceptará homologarlo en caso de estirar el plazo hasta septiembre. Cristina de Kirchner les ordenó a sus funcionarios forzar para la UOM un acuerdo con esas condiciones para después extenderlo a otros sindicatos afines, como la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y Comercio, entre otras organizaciones con número considerable de afiliados y que pueden constituirse en la nueva referencia para las paritarias de este año.

Aunque fue el primer sindicalista en firmarlo, Oscar Lescano da por hecho que sólo mantendrá su promesa de paz social en caso de no producirse una disparada de los precios. Es más: el dirigente lanzó días atrás un paro nacional que sólo fue detenido por el llamado a conciliación obligatoria en demanda de la incorporación de unos 4.000 tercerizados a las empresas prestadoras del servicio. Y desde entonces, el personal no trabaja horas extras, un mecanismo indirecto para protestar contra el Impuesto a las Ganancias.

Lescano admite en reserva que de haber una suba de precios hará un reclamo adicional a principios del año que viene, bajo la premisa de que el gremio de Luz y Fuerza tiene la suficiente capacidad de presión como para obtenerlo. Distinto es el caso de otros sindicatos de la central oficialista, con salarios iniciales más bajos (como los textiles y los trabajadores del vestido), que carecen de resortes como para reabrir una paritaria en medio de su vigencia.

El avance del reclamo de la UOM será determinante. Es un sindicato que cuenta con salarios iniciales bajos, en torno de los $ 4.000, y otros muy superiores en algunas ramas de la industria, como la siderúrgica.

El plenario del 10 de abril deberá saldar la incertidumbre que persiste en los sindicatos todavía cercanos al Gobierno. Algunos gremialistas pujan por mantener a salvo ese alineamiento y evitar la confrontación, como Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Omar Viviani (taxistas). Otros, como el propio Lescano, demandan mayor dureza y reeditar un documento que debió presentarse en marzo, la fecha original del plenario que debió suspenderse primero por la muerte de Hugo Chávez y luego por la asunción de Jorge Bergoglio.

En este segundo grupo junto a Lescano se anotan Roberto Fernández (colectiveros, UTA) y Omar Maturano (maquinistas, La Fraternidad). Ambos tienen en común sus paritarias bloqueadas por la negativa del Gobierno a convalidar un fraccionamiento de sus negociaciones. Como había anticipado este diario, los sindicatos ferroviarios y la UTA habían planteado acordar un incremento vía sumas no remunerativas hasta mitad de año para recién después pactar una suba porcentual, con una idea más completa del comportamiento de los precios.

A la inquietud y el malestar entre sectores colabora la ausencia de Caló respecto de sus pares. Oficialistas a ultranza y quejosos coinciden en que el metalúrgico no reportó en la interna de la central obrera en las últimas semanas, y una reunión de la denominada "mesa chica" que debía llevarse a cabo todavía no tiene fecha fija.

Los mismos que protestan por el mutismo de Caló reconocen que la aparición del pedido de la UOM, muy por encima de los parámetros sugeridos por el Gobierno, representará un nuevo obstáculo para el objetivo de entrevistarse con Cristina de Kirchner que la cúpula de la central se había trazado. Creen más viable, en esa línea, que en caso de encaminarse esa paritaria por 18 meses y de seguir sus pasos otros sindicatos, se abrirán las puertas de la Casa Rosada.

Comentá la nota