Un pulmotor como el de Chevron para la minería

POR MARCELO CANTON

Lo que está pasando con el dólar es grave, donde un inversor viene con dólares en el bolsillo, los cambia a $5,50 y después va a comprar un clavito y lo paga a un dólar de $8,50”.

La frase fue la más comentada ayer en el sector minero argentino. No la dijo el titular de una multi, sino el secretario general de la Asociación Obrera Minera Argentina, Héctor Laplace. O sea, el jefe del gremio. La diferencia entre el tipo de cambio al que se ingresa una inversión y aquel a que se pagan las obras de esa misma inversión fue la clave de la discusión con la brasileña Vale. Y en esa sintonía, precisamente, es que se habla en estos días de que funcionarios nacionales trabajan en extender el modelo de negocios que el Gobierno ofreció a Chevron a otras compañías.

Vamos por partes. Laplace estuvo en San Juan, donde habló con la prensa. Allí dijo lo del dólar. También fue más allá: “El tema de no poder retirar utilidades que, nos guste o no nos guste, cualquiera trata de hacer negocios para ganar dinero pero si después no lo puede sacar del país termina espantando la inversión. Y en lo externo, el precio de los metales es muy importante, ya que hace que las empresas recorten muchas cosas”.

“Yo no lo podría haber definido mejor”, decía anoche el presidente de una de las tres mineras más grandes del país. Tipo de cambio, precios, giro de utilidades, más carga impositiva, son la tormenta en la que están naufragando gran parte de las inversiones del sector anunciadas en el país. Según un relevamiento que publicó Clarín, están varados en la indefinición desembolsos por más de US$ 30.000 millones.

“Las dos principales inversiones mineras en la Argentina están en problemas”, dicen en una constructora. Vale, con desembolsos de US$ 6.000 millones, era una. En marzo anunció que lo paraba, por el tipo de cambio.

El otro es Pascua Lama, de Barrick.

Aquí la novedad fue, el jueves, que el presidente mundial de la empresa, Jamie Sokalsky, dijo que están buscando un socio para el emprendimiento, sea privado o estatal. Llamativo, claro. La inversión necesaria para esta mina son US$ 5.500 millones, estimación que podría incrementarse en el balance de la compañía del próximo trimestre. Pero una denuncia por el impacto ecológico tiene frenado el lado chileno del emprendimiento, donde está la mayor parte del mineral. En Argentina, aseguran en la compañía, todo continúa “con normalidad”. Barrick anunció esta semana que en el segundo trimestre del año perdió US$ 8.700 millones a nivel mundial, y pusieron el caso argentino-chileno en la agenda.

Mientras, en la Argentina los funcionarios buscan revitalizar estos proyectos. Es que son una fuente generosa de divisas, un bien mas bien escaso para el Gobierno. Por un lado, las inversiones representan el ingreso de miles de millones. Por el otro, luego se generan exportaciones también cuantiosas. Claro, si de dólares se trata, entra en el territorio de Guillermo Moreno. Así, los empresarios mineros aseguran que un estrecho colaborador del secretario de Comercio es quien está diciendo por estos días que están estudiando “ampliar el modelo Chevron para la minería”. ¿Cómo es esto? Que quien invierta montos grandes (para las petroleras, más de US$ 1.000 millones), a los 5 años tenga libre disponibilidad sobre el 20% de su producción, para exportarla sin retenciones y sin tener que liquidar divisas en el país. “Eso reanimaría el sector”, se ilusionan algunos empresarios, aunque plantean dudas sobre la concreción.

“Sería como un pulmotor cuando las cosas se caen”, señalan. Otro signo de la necesidad oficiales de captar inversiones. Y dólares.

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