Rechazo al pacto social y tensión por paritarias

Los gremios exigen un aumento salarial de 30% y retrotraer los precios para dialogar

Blanqueada la decisión oficial de postergar el promocionado diálogo social con empresarios y sindicalistas, el rompecabezas sindical comienza a unirse para reforzar su reclamo. A las condiciones que impuso la CGT oficial, que pidió retrotraer precios a octubre y frenar los despidos con un decreto, se sumaron ayer dos exigencias: Hugo Moyano, de la CGT Azopardo, fijó en un 30 por ciento el porcentaje en que deberían subir los salarios, y 17 gremios de la industria alimentaria rechazaron ser parte del acuerdo social porque se reduciría el plan Precios Cuidados.

Mauricio Macri reconoció antes del fin de año que una de sus máximas preocupaciones es evitar una escalada de precios y contener las demandas salariales. Prevé ahora encuentros por separado con empresarios y sindicalistas. En el gabinete del Presidente reconocieron que la inflación es uno de los grandes obstáculos y que la tensión gremial está en alza.

Lejos de ser un aliado del macrismo, Moyano volvió ayer a mostrar su perfil más combativo. Esta vez su blanco no fue el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, a quien acusó de extorsionador, sino que le apuntó a la Cámara de Comercio, cuyo referente, Carlos de la Vega, dijo que pedir una suba salarial de 30% "no contribuye a la paz social". La CGT moyanista, mediante un comunicado, advirtió sobre la remarcación de precios.

En la misma línea fue un mensaje de la Confederación de Asociaciones Sindicales de Industrias Alimenticias, integrada por 17 gremios. Rechazaron el diálogo social y acusaron a los empresarios del sector por los "abusivos aumentos de precios en los últimos meses". Y advirtieron sobre la reducción del plan Precios Cuidados, clave para contener los precios de la canasta básica de alimentos.

Cuando se encuentre con los empresarios, Macri retomará una advertencia que ya lanzó en privado. Está decidido a abrir la importación para algún sector puntual para demostrar que no está dispuesto a dejarlos remarcar libremente.

Mientras tanto, la pulseada salarial se intensifica en los sectores privado y público. Ayer, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, se reunió con gremialistas y entendió que no será tan sencillo iniciar las clases el 29 de febrero.

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