Relegado, Massa no pudo romper con la polarización y se ubicó como "árbitro" para la general de octubre

Relegado, Massa no pudo romper con la polarización y se ubicó como

El tigrense sumó el 15%, mucho menos de lo que esperaba; criticó "el ajuste de Macri" y "la corrupción del pasado"; intentará captar los votos de Randazzo

 

Como en un déjà vu de las PASO presidenciales de 2015, Sergio Massa se encontró ayer ante un resultado electoral que si bien no lo expulsa de la competencia, lo obliga a una remontada fenomenal para meterse en el Senado. "Estamos en camino a octubre, de pie y competitivos, para pelear la elección. Ni Macri ni Cristina: ¡Argentina!", clamó el tigrense desde el búnker montado en el complejo Pipa, de Tigre, para empezar a caminar esa cuesta.

Lo flanqueaban su compañera en la boleta de senadores de 1 País, Margarita Stolbizer y el economista Roberto Lavagna. Ninguno de los dos habló. Sólo Massa encaró los micrófonos, mientras lo aplaudían los candidatos que se acomodaron en dos tribunas, junto a la mujer del tigrense, Malena Galmarini. No más de 300 militantes y fiscales aplaudían. Abundaban las caras largas, que sólo se animaron cuando Massa tomó la palabra.

Al cierre de esta edición, la boleta de 1 País recogía el 15% de los votos, la mitad que Unidad Ciudadana, de Cristina Kirchner, y a 20 puntos de Cambiemos. El Frente Justicialista, de Florencio Randazzo, no llegaba al 6%. Por eso el déjà vu de las PASO de 2015, cuando Massa redondeaba el 14% de los votos en todo el país, aunque sumaba 20 puntos junto al cordobés José Manuel de la Sota, mientras que Mauricio Macri llegaba al 30% y Daniel Scioli, a 38 puntos.

También como en 2015, el discurso de Massa buscó redefinir el escenario. Empezó por los votantes de Randazzo. "Queremos llamar con el corazón a todos aquellos que buscaron otras opciones para ponerle límites al ajuste de Macri sin convalidar la corrupción del pasado", dijo. Y reforzó de inmediato: "Queremos invitar a los millones de peronistas que en la provincia quieren construir una oposición ganadora".

Massa felicitó de entrada a Cambiemos "por su triunfo", pero luego recordó que hay "muchos que la están pasando mal" en la provincia y que "más del 65% de los bonaerenses le dijeron al Gobierno que no están conformes".

Fue desde allí que apuntó a Cristina Kirchner. "Si uno mira el escenario político también hay un mensaje para el pasado: que la corrupción no vuelva a ser parte del paisaje", dijo, para presentar a 1 País como una fuerza con "más futuro que pasado" y postular que la Argentina "necesita una oposición responsable, que le marque límites al Gobierno y proponga soluciones". Será el nuevo mantra del massismo para las próximas semanas.

Hasta que comenzó la votación, el objetivo de Massa y Stolbizer estaba claramente definido: superar los 20 puntos, demostrar que no hay polarización entre Cambiemos y el kirchnerismo y que la boleta de 1País seguía siendo competitiva de cara a octubre y así pedir, de inmediato, el voto de los bonaerenses "opositores" que quieren ponerle un límite al Gobierno y que fueron detrás de la boleta de Cristina Kirchner o Randazzo. O que ni siquiera se acercaron a votar ayer.

Ése fue el mensaje que, desde las 18, comenzaron a difundir los referentes del espacio que se acercaron a hablar con la prensa. "Somos competitivos", fue una de las frases más repetidas por Graciela Camaño, jefa de campaña de 1 País, y por los candidatos a diputado Mirta Tundis y Daniel Arroyo. "Acá nadie va a llegar al 40% de los votos y vamos a ratificar que llegaremos a octubre en condiciones competitivas", reforzó Roberto Mionis, economista de GEN.

Hubo otro concepto repetido que no pasó desapercibido: que la verdadera elección es en octubre. Un intento de amortiguar la derrota de las expectativas. "En octubre es la verdadera elección y es cuando se elige; hoy lo que se dirime es otra cosa", dijo Camaño.

"Sentimos que 1 País sigue competitivo para la verdadera elección, que es la de octubre. Nos cansamos de ver encuestas que nos daban por muertos y no es así: seguimos competitivos", proclamó Solá y destacó un número: "Más del 60% de los argentinos están en desacuerdo con el programa económico del Gobierno". Sobre esa base, el ex gobernador planteó la necesidad de cambiar "el formato" de la campaña de 1País. No dio más pistas.

Pero el golpe de realidad llegó a las 21, cuando se comenzaron a conocer los resultados del escrutinio. "Entendemos que la gente ha apoyado al Gobierno", reconoció José Ignacio de Mendiguren. "Sabemos que en otras ocasiones en las PASO no nos fue tan bien, pero luego nos recuperamos", continuó el industrial, que, haciendo malabares para no pegarles a los medios y los electores, cuestionó que no se advierta "el precipicio al que conduce la política económica-financiera del Gobierno".

A las 22, desde el comando de campaña de 1 País comenzaban a cambiar el libreto que se ejecutará en los próximos días. "Nosotros hicimos un buen trabajo. Perdió Cristina, se acabó el miedo al fantasma del retorno del pasado y convocamos a los peronistas que se ilusionaron con Randazzo. Massa es el único peronista que queda vivo", remarcaban cerca del tigrense. Con otros nombres, la misma fórmula que usaron en 2015, cuando empezaba a gestarse este déjà vu.

1País

Positivo: Aunque quedaron lejos del 20%, Massa y su tropa se entrenaron para buscar una remontada como en 2015; mostrarán propuestas y equipos

Negativo: Quedó demasiado lejos en el conurbano, donde esperaba pelear voto a voto. Menos de 17 puntos en la primera sección y apenas 13 en la tercera

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