La realidad de los metalúrgicos, como alguna vez semblanteó Antonio Caló, tiene eje en defender los puestos de trabajo, aún con derrotas, más que otras disputas que realzan organizaciones hermanas. Por un lado la paritaria del sector con la grieta que va desde el 17% ofrecido por las patronales y el 30% pretendido por la UOM, que volverá a tener una reunión mañana. En cuanto a puestos de trabajo Banghó es caso cerrado, la firma ya se considera una importadora y los 183 trabajadores en asamblea votaron por cerrar su salida. Cobrarán en lapso de 30 días, en dos tramos, sus indemnizaciones, según lo confirmaron desde el secretariado nacional metalúrgico a BAE Negocios. Esa empresa dedicada hace no tanto tiempo al armado de computadoras se “reconvierte”, a punto de sugerencia del Gobierno de Cambiemos a una importadora y prestadora de services de computación. La UOM, en prolongadas negociaciones, pudo hacer valer el derecho de los trabajadores a percibir lo que les es propio por sus cesantías.

Respecto de la disputa paririaria mañana habrá una nueva reunión en el Ministerio de Trabajo, como avance “mínimo”, sin acuerdo todavía, está la variante de que los trabajadore perciban un adelanto paritario al acuerdo que deberían arribar empresas y el sindicato que lidera Caló.

Toda una señal del fragor y temperatura de las discusiones respecto de la mejora salarial para el año es recordar que la propuesta patronal está por debajo del “techo sugerido” por el Gobierno del 18%, en un sector donde las empresas, desde hace años remarcan que la caída de la actividad, los comprime a ser “austeros” en cuanto a porcentajes.

Lejos quedaron los tiempos en los que algún sector empresarial confiaba en un sesgo “desarrollista y no liberal” del modelo económico en vigencia. Junto a dirigentes sindicales se lamentan que en este caso la coyuntura los une en cuanto a la preocupación por el presente y futuro a corto plazo.