La reunificación de la CGT deberá esperar hasta mediados de 2016

La reunificación de la CGT deberá esperar hasta mediados de 2016

Lo acordaron los sindicalistas "independientes" en una reservada reunión que se hizo ayer en la UOCRA, con la asistencia de varios pesados de la CGT oficial. Respetarán el mandato de Caló en la central K

Deben haber sido las contradicciones propias del ser argentino las que inspiraron a María Elena Walsh para escribir su canción "El Reino del Revés". La Presidenta destacó en su cadena número mil la "recuperación notable" de la industria automotriz, al mismo tiempo que Volkswagen disponía la suspensión de 350 trabajadores de su planta cordobesa, activando una alerta naranja en el gremio de los trabajadores mecánicos (Smata).

Mauricio Macri articuló una campaña electoral con un discurso de neto corte antiperonista, y termina siendo el que apuntaló el emplazamiento de una estatua de Juan Domingo Perón a metros de la Casa Rosada; una iniciativa que ni se le pasó por la cabeza al colectivo kirchnerista, en su estancia de doce años en el poder.

Hay más: el sindicalismo que hoy se juega todo a la candidatura de Daniel Scioli es, con alguna variante mínima, el que acompañó sin chistar las políticas de Néstor Kirchner primero y de Cristina después. Ahora, en cambio, esos mismos dirigentes denotan preocupación, por entender que el kirchnerismo viene haciendo todo lo que puede y más para impedir que el bonaerense desarrolle un liderazgo partidario con su impronta.

A esa conclusión se arribó en una reservada reunión que se hizo ayer en la UOCRA, con la asistencia de varios pesados de la CGT oficial. Fueron de la partida los "independientes", el trío integrado por el dueño de casa, Gerardo Martínez, el estatal Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).

Allí estuvieron también, entre otros, el moyanista Omar Plaini (canillitas), Carlos Sueiro (Aduana), Rodolfo Daer (Alimentación), Víctor Santa María (encargados de edificios), y los más que influyentes "gordos" Armando Cavalieri (Comercio) y Carlos West Ocampo (Sanidad). No fue invitado Antonio Caló, jefe de la central K, que no quiere ni oír hablar de la hipotética reunificación sindical, que es el objetivo central que persigue aquel grupo.

Ausente y todo, el metalúrgico salió bien parado. Pese a la vocación inicial que tenían por llegar a una supuesta consagración de Scioli como Presidente con una CGT ya unificada, se convino finalmente, para dar una imagen de institucionalidad, respetar los tiempos del mandato del sindicalista metalúrgico como jefe de la central K. Se podría concluir entonces que no habría unidad hasta mediados de 2016.

"Parece mucho tiempo, pero no lo es. No podemos ir a una unidad a tontas y a locas. Antes hay que debatir mucho, hacer autocrítica y ante todo convencernos de que las políticas sectoriales no pueden estar por encima de la estrategia que fije una CGT única para el conjunto del movimiento obrero", dijeron a Infobae participantes del encuentro.

Como sea, todo quedó condicionado a ver cómo evoluciona la complicada relación entre el kirchnerismo y Scioli, siempre en el supuesto de que éste se alce con la victoria el 25 de octubre. Que su gobierno sería sólo una "transición", es la caracterización más benévola que hacen de Scioli los seguidores de la Presidenta.

En ese punto, alguien planteó este interrogante: ¿podría ser que las diferencias de los K con el gobernador se profundicen en un gobierno de éste? "Veremos, pero las cosas cambian cuando tenés a los granaderos detrás y la lapicera para firmar", opinó uno de los sindicalistas más experimentados y pragmáticos.

Hubo coincidencia generalizada además en que cualquiera sea el sucesor de Cristina, resultará inevitable un "sinceramiento" de la economía. Dijeron que habrá que poner las cuentas en orden, actualizar tarifas, achicar el gasto público y revisar la política de subsidios, para que el "ajuste", que también predice Hugo Moyano, no recaiga en los salarios de los trabajadores, que ya van perdiendo por goleada frente a la inflación.

Enterado de que en la sede gremial de la Avenida Belgrano le dejaron la cabeza sobre su cuello, Caló celebró con más ganas el cumpleaños de Perón al frente de un plenario de los gremios ultra K del Movimiento Acción Sindical Argentino. De allí salió un previsible documento de apoyo al tándem Scioli-Zannini.

¿Cómo quedó la situación de Caló después que fuera imputado por la Justicia, junto a otros referentes de la UOM, de lavar dinero? Simple: el mundo gremial parece haber concluido que el denunciante de Caló, visto su prontuario, no tendría autoridad moral para hacer una acusación de ese tipo. Y que, por si fuera poco, la causa judicial que complica a todo el secretariado nacional de la UOM lleva ya tres años, y que sospechosamente vino a reactivarse ahora, en la recta final de la campaña electoral.

Mientras, Moyano volvió a sacarse otra foto con Macri. ¿Hasta cuándo seguirá diciendo el titular de la CGT opositora sin ponerse colorado que es prescindente? Por lo pronto ayer defendió al líder del PRO de quienes consideran una burla que haya sido éste la figura central de un homenaje a Perón; por caso, el diputado porteño Dante Gullo, autor del proyecto, junto al macrista Cristián Ritondo, de levantar una estatua del General.

Militantes de los gremios de Moyano y del ruralista Momo Venegas fueron los encargados de ponerle algo de folclore a un acto (mil personas a lo sumo) donde se mezclaron -con fórceps- los tradicionales bombos del peronismo con los globos amarillos del macrismo.

En cualquier caso se dejaron ver por allí, fuera de la primera línea macrista, el ex presidente Eduardo Duhalde, el misionero Ramón Puerta, el ex jefe de la SIDE Miguel Ángel Toma, y el municipal Amadeo Genta, que tendría el don de la bilocación porque también participó del cónclave sciolista que se hizo en la UOCRA. Los que esperaban verlo al candidato Adolfo Rodríguez Saá se quedaron con las ganas: por esa hora el ex Presidente clausuraba en Carlos Paz (Córdoba) un congreso de la Fraternidad, del ferroviario Omar Maturano.

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