Robo a Garro: intensifican la búsqueda del prófugo

Robo a Garro: intensifican la búsqueda del prófugo

Se trata de un exempleado de una empresa de seguridad. Vivía en Lomas de Zamora cuando se cometió el atraco en la casa del intendente, pero ahora se encontraría oculto y cercado en Santa Fe. Su detención podría resolver el dilema sobre el botín.

 

En el marco de la investigación por el robo en la casa del intendente Julio Garro, ocurrido el miércoles 2 de marzo del año pasado, los detectives intensifican las tareas investigativas para dar con el prófugo que está identificado. Se trata de Marcelo Gerardo Maidana, un sujeto de 36 años exempleado de una empresa de seguridad, de razón social Redguard SA, con sede central en Pilar.

Un vocero de la Policía Bonaerense le confirmó a diario Hoy que Maidana es un exconvicto y fue puntero político en la localidad de Almirante Brown. Allí, en circunstancias que son motivo de análisis, conoció a Patricio Masana, el exsubteniente detenido por el asalto a la vivienda del jefe comunal de la capital provincial. 

Cuando sucedió el atraco, Maidana vivía en la calle La Fontaine al 1182, en una casa ubicada en el Barrio Parque de Lomas de Zamora. El hombre actuó en el robo a la familia Garro con guantes y además limpió con una franela verde todo lo que había tocado. Así, no fue por sus huellas dactilares que lo identificaron, sino por el relato de Masana. 

El exsubteniente, actualmente detenido en una de las cárceles de Olmos, aportó el nombre y apellido de su cómplice para demostrar a la fiscal Virginia Bravo que está interesado en colaborar con la Justicia. Los detectives confirmaron que Maidana tiene relación con el golpe delictivo por al menos dos razones: por una parte, desde aquel 2 de marzo de 2016 desapareció de los lugares que frecuentaba; por otro lado, fue crucial el análisis del intercambio de mensajes telefónicos que mantenía con Masana. 

Desde la DDI La Plata allanaron al menos en dos oportunidades la casa de Maidana en Lomas de Zamora, pero los operativos resultaron infructuosos. De todas maneras, en las últimas semanas, los investigadores policiales recibieron algunas alertas y activaron la búsqueda. Hay quienes afirman que el prófugo estaría en la provincia de Santa Fe.

El misterio del delincuente del que nadie habla

Según los pesquisas, Maidana fue la mano de obra que contrató Masana para desvalijar la casa de Julio Garro. Además, afirman que el exempleado de la empresa de seguridad llevó a un cómplice, del que nada se sabe. Un allegado a la causa le dijo a este medio que, por el profesionalismo demostrado en el asalto, no descartan que se trate de un exintegrante del grupo de elite de la Bonaerense. 

Para la investigación penal, lograr que sea detenido Maidana podría esclarecer el dilema sobre el botín sustraído. Como se recordará, Garro y su esposa, María Dolores Conde, declararon en sede judicial que les sustrajeron alhajas, 25.000 pesos, una tablet de la firma Apple y una valija marca Jeep. Sin embargo, Masana sostuvo ante la fiscal Bravo que de la vivienda del intendente se llevaron US$ 4,3 millones y $700.000 en dos valijas.

Las marcas en el césped

Existen ciertos elementos en la causa que confirmarían los dichos del expolicía: testigos declararon que vieron a dos sujetos salir de la casa de Garro con una valija cada uno. Además, una cámara de seguridad instalada en la finca de un vecino en el country Grand Bell captó a uno de los ladrones arrastrando una maleta grande, de color oscuro y con ruedas.

Por su parte, los peritos detectaron que en el césped de la parte trasera de la vivienda de Masana, situada al lado de la de Garro, había marcas lineales paralelas dejadas por el arrastre de un bolso con ruedas. Uno de los testigos, en declaración testimonial ante Bravo, afirmó que observó a uno de los sujetos que salieron de la casa del intendente llevando una maleta con mucha dificultad por el peso.

Todo parece indicar que en esos dos bolsos grandes había bastante más que 25.000 pesos y una tablet, como declararon Garro y su esposa. Por lo pronto, los peritos saben que un millón de dólares en billetes de 100 pesa 10 kilos. Con ese dato, procuran establecer si las marcas halladas en el césped del patio trasero de la finca que alquilaba Masana pueden confirmar si en la valija iban los 4,3 millones de la divisa norteamericana.

Las dudas por la demora en avisar del asalto al 911 

El asalto en la vivienda de Julio Garro, ubicada en el lote 210 del Club de Campo Grand Bell, de calle 467 entre 142 y 146, duró unos 40 minutos. Tras el grave episodio de inseguridad, ocurrido el 2 de marzo del año pasado, lo que llamó la atención de las autoridades fue que María Dolores Conde, la mujer del jefe comunal, primero se comunicó con su esposo y, luego de varios minutos, con la Policía. 

¿A qué se debió esa tardanza en alertar al servicio de emergencias 911? Al analizar la gran diferencia que hay con respecto a las versiones sobre el botín sustraído (ver nota principal), hay quienes opinan que la mujer quiso ponerse de acuerdo con el intendente sobre qué decirle a la Policía.

Como se recordará, dos sujetos, uno de ellos armado, irrumpieron en la vivienda de Garro aquel 2 de marzo, donde enseguida redujeron a su esposa y sus cuatro hijas. Una cuñada y dos sobrinas del intendente también estaban en la casa y quedaron a merced de los delincuentes, además de la empleada doméstica, identificada como Diana Paredes Espíndola. 

Los asaltantes exigieron dinero y revolvieron todas las habitaciones, mientras las damnificadas quedaron encerradas en un baño. A María Dolores la llevaron por toda la propiedad para que indicara dónde había objetos de valor. La esposa de Garro declaró que recibió amenazas del ladrón armado y que este sabía que estaba en la casa del intendente. Por su parte, la empleada doméstica le dijo a la fiscal que los intrusos le preguntaban a la esposa de Garro dónde estaba el dinero, en forma insistente. 

Una vez que todas las mujeres se liberaron, recorrieron la vivienda para ver si los ladrones aún se encontraban allí y después se subieron al auto familiar. Empezaron a recorrer las calles del country, hasta que María Dolores llamó a su esposo, quien le dijo que iba a comunicarse con los encargados de seguridad del barrio privado para que fueran a la vivienda. Después de varios minutos, llegaron policías al Grand Bell tras la advertencia al servicio de emergencias 911.  

Los detalles del controvertido ilícito

- Fecha: 2 de marzo de 2016

- Hora: 10.00

- Duración: 40 minutos

- Autores: dos sujetos robustos

- Cómplice: Patricio Masana 

- Lugar: lote 210 del country  Grand Bell

- Víctimas: nueve mujeres

- Botín: según Garro, 25.000 pesos y una tablet; según Masana, 4,3 millones de dólares y 700.000 pesos

¿Un golpe riesgoso para pagar las expensas de un mes?

La fiscal platense Virginia Bravo fue la encargada de investigar el asalto en la casa del intendente Julio Garro. Tras 14 meses de trabajo, en mayo pasado pidió la elevación de la causa a juicio con un único imputado: el ahora expolicía de la Bonaerense, Patricio Masana.

Masana era vecino de Garro en el barrio privado ubicado en 467 entre 142 y 146, y tenía un muy buen pasar. Cuando le allanaron la casa al entonces subteniente, los detectives de la DDI secuestraron más de 250 planillas del servicio de Policía Adicional (Polad), una máquina para contar billetes y más de 100.000 pesos y 10.000 dólares en una caja fuerte.

Al avanzar en la pesquisa, la fiscal Bravo se enteró de que Masana cumplía funciones en la comisaría Primera de La Plata como administrador de las Polad. Cuando citó a sus jefes, estos cayeron en contradicciones, en una clara intención de ocultar manejos poco transparentes de parte de Masana. Por tal razón, a mediados de marzo del año pasado fue descabezada la seccional al ser desplazados el comisario Marcelo Cifuentes y su segundo, Carlos Arias.

El ingreso por “retornos” en el manejo de las Polad con connivencia de jefes policiales y funcionarios políticos es lo que investiga Bravo. Esto es lo que explicaría el nivel de vida que mantenía Masana, a pesar de cobrar 18.000 pesos mensuales por su trabajo policial.

El entonces subteniente alquilaba la finca en el Grand Bell por 45.000 pesos mensuales y pagaba expensas por 8.000, además de manejar una camioneta de alta gama y tener registrados viajes al exterior casi todos los meses.

Ante esta situación, la gran pregunta que se plantea es si Masana tenía necesidad de organizar un robo en un barrio privado y reducir a la familia del intendente de la capital provincial por una suma de 25.000 pesos a repartir entre tres (ya que actuaron dos ladrones más), es decir, alrededor de 8.000 para cada uno. ¿Tanto riesgo para conseguir el dinero de las expensas de un solo mes?

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