Rompecabezas para armar una propuesta ideal

Rompecabezas para armar una propuesta ideal

De todos o casi todos, la convicción de que la cantidad de basurales a cielo abierto tolerables en el corto plazo es cero.

De Rodrigo de Loredo, el plan detallado de reducción de basurales, con su cálculo de costos: 393 millones de pesos el primer año, 129 millones el segundo y 86 millones tercero y cuarto. También de De Loredo, el plan para incrementar el reciclado, por el mismo motivo: un detallado cálculo de costos para llevar las actuales cuatro mil toneladas a 20 mil toneladas en un año (99 millones de pesos) y a 140 mil en cuatro (otros 130 millones en tres años).

De Luis Juez, su plan a una década de enterramiento cero.

De Abelardo Losano, esta frase: “No pueden recoger la basura dos personas colgadas de un camión”.

De Laura Vilches, el llamado a “invertir en el desarrollo tecnológico y científico para aumentar los volúmenes de reciclaje de residuos como papel, cartón, metal, telas, plástico y hasta los residuos orgánicos que pueden ser transformados en energía, en una o más plantas de tratamiento estatal”. Y también este recorte, de clase, del problema de los basurales, que es cierto: “Los basurales deben ser erradicados de inmediato, para garantizar un ambiente sano para las barriadas populares, que es donde se encuentran”.

De todos o casi todos, la convicción de que la cantidad de basurales a cielo abierto tolerables en el corto plazo es cero.

De Martín Llaryora, su planteo de “pactos ambientales con los vecinos, con los empresarios que generan residuos, con los recuperadores, con las organizaciones, haciendo cumplir la normativa vigente que sanciona la generación de residuos, en especial aquellos que contaminan”.

De Olga Riutort, su idea sensible de dotar de jardines maternales a los centros verdes, para que los hijos de los recuperadores urbanos estén cuidados e insertos en el sistema educativo.

De Juan Pablo Quinteros, su planteo crítico hacia la contenerización y su apuesta a extender la bolsa camiseta a los comercios en general.

De Maru Acosta, la idea de “instalar un centro de reciclaje en cada CPC y coordinar esta tarea con los cartoneros y recicladores urbanos formalizando su trabajo”. La de ella, por cómo está dicha, pero la participación, con distintas modalidades, de recuperadores urbanos está presente en la mayoría de las propuestas.

De José Lomuoio, el rol central que les asigna a los CPC para controlar basurales.

De todos o casi todos, que hacen falta controles y modernización en el Ente de Servicios y Obras Públicas (Esop).

Ese es mi rompecabezas de propuestas vinculadas a la basura. Cada uno puede armar el suyo. Puede parecer algo naif suponer que se está como se está, apenas, por falta de ideas. Casi tanto como sugerir a quien gane que recicle alguna de la de sus adversarios, mejores que las que pensó su equipo.

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