Un round perdido y la necesidad de dar la pelea por lo que viene

Un round perdido y la necesidad de dar la pelea por lo que viene

La mirada cegetista ya está puesta en la paritaria 2017

 

La síntesis oficial de la primera sesión de la mesa de diálogo podría definirse en la conferencia de prensa: exclusiva presencia de funcionarios Ni empresarios y mucho menos dirigentes sindicales. A dichos espacios vacantes el Gobierno sostuvo que la previsibilidad florece pero sobre todo que el arranque de las discusiones salariales será desde punto cero.

Desde el triunvirato Juan Schmid eligió lo cortés, sin resignar lo valiente para sus confiables. Consideró cerrado el tema bono de fin de año en sus declaraciones. Puertas adentro tanto de Azopardo como en múltiples reuniones que desarrolló en diferentes lugares, el también jefe de la CATT recordó que “los derechos recuperados durante 12 años, no se resignan desde el movimiento obrero”. Schmid tiene respaldo desde el Vaticano para puntualizar que la “paciencia” tiene fecha de vencimiento, y la discusión perdida a todas luces del bono, no es “vinculante” con la paritaria 2017. El rosarino y Daer, más estrategas/equilibristas que Carlos Acuña, saben qué se están jugando. Poseen sus tiempos e incluso lo que arriesgan ante propios y ajenos, en estas negociaciones.

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En el caso de Acuña, flaco favor, pero no sorpresa, le jugaron las declaraciones que su ex jefe de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, ofreció como “título” imperdible: darle dos años a Mauricio Macri antes de romper las lanzas.

Dentro de la cautela cegetista, también el titular de la Fraternidad, Omar Maturano, dijo lo suyo: “El encuentro con funcionarios y empresarios fue cordial en un marco de diálogo logrando el piso para el bono de 2 mil pesos en diciembre”, dijo. No todo recorrió la superficie del protocolo. El jefe de Educación de la central, Sergio Romero (UDA) planteó que el bono “es una mentira”.

No solo los docentes de la CGT tienen conflicto. Dentro y fuera de Azopardo “florecen conflictos”. Pruebas al canto, los trabajadores del INTA nucleados en APINTA, siguen en estado de alerta y movilización respecto del “maxi recorte presupuestario” que se traducirá en menos empleo.

Se movilizarán el 26 de octubre al Congreso, dos días después la Asociación Bancaria (AB) de Sergio Palazzo cumplirá su paro nacional. Los pilotos de APLA, liderados por Pablo Biró están sujetos a la conciliación obligatoria, al igual que el personal terrestre de aeronavegación.

Ningún gremio puede considerarse satisfecho con el “amague” de bono o “bonito” como lo ironizó Pablo Moyano. El camionero viene de prometerle a Hugo Yasky que habrá marcha de la bronca junto a la CTA, y las huestes de Pablo Micheli consideran que a esta altura el paro es menos evitable que envejecer para los seres humanos.

Mientras todo esto sucede, en la Ciudad, casi simultáneamente, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y su par de Transporte, Guillermo Dietrich, encabezaron ayer una nueva reunión de la Comisión de Control y Seguimiento del Régimen de Redeterminación de Precios de la Obra Pública en la que analizaron los avances en la reactivación de obras en todo el país.

El subsecretario de Coordinación de la Obra Pública Federal, Ricardo Delgado, declaró que en agosto se recuperaron 6500 puestos de trabajo en el área de la construcción y que en septiembre se generaron otros 2500. “Ya recuperamos el 15% del empleo en el sector que se había perdido en el último año, desde julio de 2015”, explicó el subsecretario. Es obligación recordar que hace pocos días Gerardo Martínez (UOCRA) en un foro empresario de su sector, resaltó que en medida interanual se habían perdido cien mil puestos de trabajo.

 

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