Una salida armónica, con la mirada puesta en octubre

Una salida armónica, con la mirada puesta en octubre

El gobierno de María Eugenia Vidal y los gremios docentes liderados por Roberto Baradel juegan una pulseada que no se limita al sueldo de 280.000 docentes. Política, elecciones y poder sindical y territorial están en juego en el armado, aún precario, de un cierre pacifico de la crisis educativa.

 

La resolución armónica del conflicto salarial -en la misma semana en que el ministro de Educación, Esteban Bullrich, se lanzó a competir como senador nacional para encarar la gran apuesta de Cambiemos contra Cristina Kirchner- constituye un gran punto para Vidal. La gobernadora, en definitiva, plebiscitará su gestión en octubre. Un acuerdo con los docentes, de la mano de Bullrich y con el ascenso de Alejandro Finocchiaro a la Nación, es un muy buen punto de partida.

Pero los maestros aún tienen la última palabra. Los sindicatos no pueden firmar sin su conformidad. Este fin de semana darán una respuesta las bases. Los gremios saben que no lograrán más dinero este año. Ya obtuvieron más que el resto de los sindicatos, que firmaron por un 18 por ciento más cláusula gatillo.

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