Sin salud para los niños de la Cuenca

Sin salud para los niños de la Cuenca

Hoy muchos niños y niñas de la cuenca no reciben atención médica en las 12 Unidades Sanitarias que pertenecen a la Acumar. Se trata de una decisión política de parte de las autoridades.

Hoy muchos niños y niñas de la cuenca no reciben atención médica en las 12 Unidades Sanitarias Ambientales (USAm) que pertenecen a la Acumar. No es porque los profesionales y promotores de salud no tienen ganas de trabajar. Muy por el contrario, se trata de una decisión política de parte de las autoridades de la Acumar que han dejado sin trabajo a más de 50 trabajadores del área de Salud Ambiental.

Hace más de 5 años que la mayoría de los trabajadores del área de salud vienen trabajando para acercarle asistencia médica a más de 8 millones de vecinos de la cuenca matanza-riachuelo. Entre ellos se encuentran psicólogos, nutricionistas, fonoaudiólogos, enfermeros, vacunadores, psicomotricistas, terapistas ocupacionales, obstetras y promotores de salud que día a día ponen su mayor esfuerzo por brindar un buen servicio de salud a los niños, niñas y embarazadas que viven en los márgenes del riachuelo. Llegan a sus puestos de trabajo en las USAm aun cuando todo el barrio está inundado; están ahí incluso cuando se corta la luz y el agua; van con sus propios vehículos pasando por los miles de baches y calles sin asfaltar que hay en conurbano; a veces se toman hasta dos colectivos y un tren. Ellos siempre están! Pero hoy ya hay muchos que no pueden ir a trabajar porque la presidenta de Acumar, Gladys González, decidió no renovar sus contratos. Contratos que debemos llamar “contratos basura”, o en un término más legal “precarización laboral”, ya que desde hace más de 5 años que su renovación es cada 12, 3 o 6 meses y ninguno de estos empleados goza de aguinaldo, ART, vacaciones pagas, etc. Se los ha tildado de vagos y de ñoquis pero lo que nadie sabe es del enorme esfuerzo que implica seguir en esos puestos de trabajo. Siempre es muy sencillo dar órdenes desde la comodidad de un escritorio en una oficina del centro porteño. La orden esta vez fue dejar sin servicio de salud a los vecinos que viven a los costados del riachuelo. Paradójico ya que una de las funciones principales de esta autoridad es “mejorar la calidad de vida de los habitantes de la cuenca”.

Muchas gestiones han pasado en estos últimos años. Se han visto desfilar muchos directivos, presidentes y vicepresidentes. Sin dudas desde el comienzo de la gestión Macrista lo único que se ha vivido dentro del área de salud es un gran vaciamiento de contenidos y objetivos claros. En su comienzo eran 450 trabajadores en el área, hoy día son 250. Efecto que se ha logrado debido al accionar de desgaste constante por parte del organismo a los trabajadores. Hace más de un año que la dirección de salud ambiental no tiene objetivos precisos; que se han dejado de comprar biromes, recetarios, ropa para poder identificarse, etc. Se les han sacado tarea a los trabajadores. Los tráileres sanitarios móviles que en su origen eran 12, hoy día si apenas hay 2 o 3 en uso. El resto junta polvo en un angar en Ezeiza. Equipos médicos muy caros y trailers sanitarios equipados con última tecnología en medicina han quedado en desuso.

Es necesario que las autoridades de Acumar, con el apoyo de la Junta Interna de ATE resuelvan este conflicto cuanto antes. Cada día que pasa es un día menos que un niño no recibe su tratamiento médico. Cada día que pasa es una madre embarazada que no recibe su control obstétrico. La salud no es un juego, ni tampoco lo es la incertidumbre laboral que hoy viven más de 50 trabajadores despedidos en la dirección de salud ambiental y cientos de trabajadores contratados de la Acumar que cada tres meses viven en la incertidumbre de su suerte laboral. Lo que sobra son ganas de trabajar!

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