Una de las primeras estrategias propone catapultar a la gobernadora María Eugenia Vidal, hoy por hoy, la dirigente oficialista con mayor intención de voto, a la presidencia de la Nación. En este esquema, es clave no desgastar su imagen antes de tiempo, por lo que la táctica sería la de continuar impulsando el nombre del actual presidente, Mauricio Macri, hasta último momento. 

Con respecto a la provincia de Buenos Aires, el nombre a testear es el de Marcos Peña. Su imagen en los municipios del conurbano bonaerense se mantiene en un buen promedio y su figura comenzó a sonar como un acompañamiento en las boletas para Vidal. La fórmula a la gobernación bonaerense se completaría con Margarita Stolbizer, en un intento estratégico de atraer a los votantes que, sin ser oposición, tienen una visión crítica sobre algunas de las decisiones que ha tomado el macrismo.

La discusión existente puertas adentro de Cambiemos pretende provocar cambios de rumbo en numerosos municipios. O al menos intentarlo. Por ejemplo, en Mar del Plata se daría por tierra la figura del intendente Carlos Arroyo, hoy abiertamente enemistado con el gobierno provincial. Lo mismo intentarán con el mandamás de Olavarría, Ezequiel Galli, quien nunca logró levantar la gestión luego de los incidentes durante el recital del "Indio" Solari, y el de Bahía Blanca, Héctor Gay, quien también podría estar transitando los últimos meses de su gobierno.

Un sector de Cambiemos ya puso la pelota a rodar. El tiempo dirá si será necesario acudir a Vidal para no perder los hilos de la gestión.