Sánchez Herrero: "La mujer en la Justicia no puede ser tratada más como un hombre"

Sánchez Herrero:

En un mano a mano con 0223, la marplatense que integra el Consejo de la Magistratura abogó por reconocer el "verdadero lugar" que ocupa la mujer en la sociedad. "Tenemos una inmensa desventaja", acusó.

 

La consejera representante de los abogados del interior en el Consejo de la Magistratura, Marina Sánchez Herrero, abogó por reconocer el "verdadero lugar" que ocupa la mujer dentro de la sociedad y consideró que el Poder Judicial no debe tratar más al genero bajo la misma concepción del hombre.

"Lo que yo siempre grafico es que a nosotras no es que nos maltratan como mujeres sino que nos tratan como hombres y de esa manera desconocen el verdadero lugar que cumplimos en la sociedad", sostuvo la letrada marplatense, y agregó: "Nosotras tenemos otros deberes y eso hace que accedamos de manera más tardía a la capacitación, lo que nos pone en una inmensa desventaja al momento de integrar las ternas".

La ex vicepresidenta del Colegio de Abogados local hizo las declaraciones en el marco de un mano a mano que le concedió a 0223 después de haber presentado este viernes en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp) una rendición de cuentas sobre el tramo de su gestión en la Magistratura, al cumplirse un año de su llegada al cargo.

Sánchez Herrero también aportó su mirada sobre las "presiones" que se acusan sobre la Justicia de parte de diferentes sectores, ponderó la importancia de avanzar en la "digitalización" de archivos de distintas jurisdicciones y además insistió en la necesidad de definir mecanismos que eviten la "mora" en el servicio. "Si la Justicia es tardía no es Justicia", sentenció.

-¿Cuál es el balance que trazás de tu primer año de trabajo en el cargo?

-La verdad que fue un muy buen año de trabajo. Se trabajó mucho. Me di cuenta que desde el cargo se pueden hacer muchas cosas que repercuten de manera inmediata sobre el sistema de Justicia y sobre el justiciable y pudimos trabajar con muchísima armonía y con muchísimo respeto y responsabilidad por todos los miembros del Consejo. El balance positivo.

-¿Te encontraste con alguna sorpresa después de asumir, ya sea en el buen o mal sentido?

-La sorpresa respecto de lo que es el sistema de Justicia Federal nuestro la tuve cuando recorrí el país en julio del año pasado, que recorrí todas las provincias a lo largo de dos meses. Ahí tuve un contraste inmediato entre la realidad de cada Provincia y me di cuenta de que un punto a trabajar era cubrir las falencias del sistema. Pero desde el punto de vista positivo, me sorprendió la inmediatez que se tiene respecto de lo que nosotros decidimos y lo que efectivamente pasa en el sistema de Justicia.

Tengo dos diagnósticos contrapuestos sobre lo que vi y lo que hay que hacer: uno es positivo y otro es negativo. El positivo es el factor humano; la verdad que todos los miembros de la Justicia y los abogados trabajan un montón por realmente tener una gran Justicia y hacer de la Justicia un lugar inclusivo. Pero a veces trabajan con lo que tienen y pueden y ahí viene el diagnostico negativo: en la Argentina, no todos tienen acceso a la Justicia y no todos pueden recurrir a ella.

Esto no tiene que ver con que alguien se los prohíba sino con que hay que cambiar el diagrama de la Justicia Federal que hace que muchos ciudadanos no recurran ante ella por grandes dificultades. Por ejemplo, hay ciudadanos de distintas provincias que para acceder a un juzgado de primera instancia hacen 200 kilómetros y después tienen la cámara en otra provincia, que son 500 kilómetros. La verdad que es una situación muy difícil y eso hace que no quieran ir a la Justicia muchas veces y eso es un problema.

-¿Cuáles son los pilares de trabajo con los que se va a continuar y focalizar en el corto plazo?

-Más allá del proyecto puntual que pueda presentar o no, mi trabajo dentro del Consejo es tratar de que la Justicia tenga la mirada del abogado. Nosotros somos auditores naturales del sistema judicial, somos los primeros auditores sobre cómo funciona la Justicia y tenemos una mirada universal sobre qué es lo que hay que hacer, qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Entonces, lograr imponer la mirada del abogado, que no es en detrimento de otras miradas porque son válidas también, pero creo que ninguna es tan universal como la nuestra. Nosotros caminamos todos los fueros, todas las instancias, tenemos el contacto directo con el juez y el sistema pero estamos en la calle y por eso tenemos el primer contacto con el conflicto. Muchas veces se lo dice de manera peyorativa, pero que nos distingan como los 'abogados de la calle' es un orgullo porque demuestra que estamos en contacto directo con la problemática social.

-El Poder Judicial es el que tiene más relegada a la mujer de los tres poderes, ¿Cómo analizas hoy el rol que tiene la mujer dentro de la Justicia?

-Lo primero sobre lo que estoy trabajando es no limitar la cuestión de género a la cantidad de cargos que ocupamos las mujeres. Hay que lograr que la Justicia tenga una mirada de género para con el justiciable. Eso necesitamos y con esto tampoco quiero decir que no esté esa mirada hoy en día pero hay que seguir trabajando. Y eso se logra a través de la educación y transformación de paradigmas culturales.

Además, por supuesto, hay que seguir trabajando y defendiendo el lugar de la mujer dentro de la Justicia para que no sea soslayada por el hecho de ser mujer o bien que se nos reconozca que nosotras no tenemos los mismos antecedentes de los hombres porque tenemos otro lugar dentro de la sociedad, con otros deberes, y eso hace que nosotras de manera más tardía accedamos a la capacitación, por lo que nos pone en una inmensa desventaja al momento de integrar las ternas.

Las mujeres litigantes abogadas también tenemos que ser vistas con mirada de género. Somos personas que no tenemos licencia, que no estamos resguardadas dentro de ninguna estructura, y lo que yo siempre grafico es que a nosotras no es que nos maltratan como mujeres sino que nos tratan como hombres y de esa manera desconocen el verdadero lugar que cumplimos en la sociedad.

-Estamos a un paso de terminar la transición y de que haya un cambio de Gobierno. Mucho se ha hablado de las presiones que se sufrió la Justicia tanto en el kirchenrismo o el macrismo ¿Sentís efectivamente que hubo presiones?¿En qué gestión se pudo trabajar mejor?

-No sentí nunca ninguna presión. Al contrario, trabajamos mancomunadamente y sobre la base de muchísimo respeto. Pero el único garante de su propia independencia es el propio Poder Judicial y  no depende de que alguien externo lo quiera vulnerar. Si todos lo que trabajamos en la Justicia tenemos en claro que a la independencia de la Justicia hay que defenderla, creo que el elemento externo no va a tener influencia.

-Se planteó en su momento de trasladar parte de la dinámica del funcionamiento de la Justicia Federal a la provincial ¿Se pueden llegar a reimpulsar estos cambios en los meses que vienen?

-Somos un país federal y lo que cabe a los procesos provinciales depende de las propias provincias. Es cierto que muchas veces lo que empieza en la Justicia Federal es tomado por las provincias después como a la inversa. La realidad es que lo que todos debemos tener en claro es que la mora en la Justicia hace que la Justicia sea tardía, y si la Justicia es tardía no es Justicia. Todo lo que tenga que ver con poder tomar de otras jurisdicciones normas que permitan acelerar los procesos es bienvenido. La digitalización se impone y eso tiene que ser unáninme en todas las jurisdicciones.

-Y con la intención de que sea en el corto plazo...

-Eso creo que le va a cambiar la cara a la Justicia. Hay que conectar la Argentina porque no está toda conectada y es necesario digitalizar sus procesos. Por supuesto, hay que tener en claro cuál es el paradigma de juez que queremos porque lo que hace falta es un juez con profunda inmediatez y cercanía con el justiciable. Si eso se da, vamos a estar muy bien.

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