Ernesto Sanz se animó a nombrar el jarrón chino y anunció que después de las elecciones generales de Octubre el oficialismo buscará un pacto con la oposición, que hasta ahora el núcleo duro de la Casa Rosada -con Durán Barba a la cabeza- viene resistiendo. 

"Vamos a convocar a los peronistas que se la aguanten, a los socialistas, al GEN y a todas las fuerzas políticas", dijo el mendocino durante un acto en la localidad bonaerense de Rojas.

La idea de un acuerdo con el peronismo al estilo del Pacto de la Moncloa de España es una hipótesis que Sanz viene trabajando hace meses en bastante soledad, aunque cuenta en Cambiemos con aliados importantes -hoy un poco relegados- como Federico Pinedo y Emilio Monzó.

Desde el peronismo Miguel Angel Pichetto es el más entusiasta y los gobernadores que inicialmente se cansaron de proponerle a Macri un acuerdo, ahora también lo empujan, pero desde lo que estiman será mas una posición de fuerza. Por eso, quieren empezar a discutir garantizándose al menos la mitad de lo que recauda el impuesto al cheque.

La declaración de Sanz, en medio de la campaña bonaerense a la que como reveló LPO lo sumaron de urgencia, contiene un pronostico bastante crudo sobre la elección: El Gobierno quedará en una posición que le exigirá concretar el acuerdo con la oposición que hasta ahora viene eludiendo.

Sanz se ocupó de ir preparando el terreno a mediados de mayo con un sugestivo encuentro en el Senado al que invitó al ex diputado comunista español, Ramón Tatames, clave en aquel acuerdo que introdujo a España en un camino de modernización y permitió estabilizar una macro que tenía problemas similares a los que hoy enfrenta Argentina.

Como comentó LPO, La Moncloa fue posible, entre otras cosas, gracias a una moderación de las principales fuerzas políticas de España ante la situación crítica que vivía el país. Este escenario no es del todo imposible en la Argentina, pero requiere como premisa básica que el primer esfuerzo por abandonar la polarización surja de la Casa Rosada.

Esa premisa choca con la postura de Jaime Durán Barba que rechaza que Mauricio Macri se muestre en una foto con los gobernadores peronistas. Por eso, durante el acto en Rojas, el radical no brindó precisiones y evitó decir que esa convocatoria sea una postura del Ejecutivo.

Pero a nadie se le escapa que si al Gobierno le va mal en la provincia y cae ente Cristina Kirchner, el consultor ecuatoriano y gran fogonero de la polarización con la ex presidenta, quedará orillando el ridículo. De hecho, es sugestivo como el ecuatoriano desapareció de la escena pública, mientras que desde la Casa Rosada filtran que Macri ya no le habla.

Como adelantó LPO, Sanz hizo hoy su primera incursión en el territorio bonaerense para apoyar a los candidatos de María Eugenia Vidal. Recorrió el interior profundo, primero estuvo en Bahía Blanca y más tarde en Rojas.

En el comando de campaña de Cambiemos consideran que el voto radical es clave para una buena elección en el interior y así balancear -aunque sea un poco- los votos de la Tercera Sección, bastión de Cristina Kirchner.

Junto a Sanz viajaron el vicepresidente, Daniel Salvador; el presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Mosca; y los diputados provinciales, Maximiliano Abad y Santiago Nardelli. Este último lo presentó como "uno de los principales actores de Cambiemos".