Schiaretti ignoró a Macri y votó con todo el peronismo, que metió a Wado y Camaño en la Magistratura

Schiaretti ignoró a Macri y votó con todo el peronismo, que metió a Wado y Camaño en la Magistratura

El cordobés se sumó a la jugada de Massa y los K y juntaron la mayoría de la Cámara. Ubicó a Llaryora como suplente. Cambiemos tendrá un consejero.

 

El peronismo de la Cámara de Diputados concretó este viernes la maniobra para sacarle al Gobierno los dos representantes por la mayoría en el Consejo de la Magistratura, a pesar de los esfuerzos de urgencia que hizo Mauricio Macri para intentar impedir que Juan Schiaretti se sume a la jugada del massismo y el kirchnerismo.

El cordobés no solamente no oyó las súplicas del Presidente para que ordene a sus diputados que firmen a favor de los representantes de Cambiemos, sino que además se sumó a la jugada del FPV y el Frente Renovador, y a último momento coló a un suplente entre los representantes de la mayoría. "Macri le está ofreciendo lo que quiera", habían contado a LPO fuentes al tanto de las negociaciones.

 

El kirchnerismo, el massismo, Argentina Federal y aliados finalmente consiguieron 131 firmas, dos más de la mayoría necesaria para cantar victoria e imponer como consejeros titulares a Eduardo Wado De Pedro (FPV) y Graciela Camaño (FR). Los suplentes serán Vanesa Siley (FPV) y Martín Llaryora (PJ cordobés).

 

 

El ingreso de Llaryora como suplente se produjo sobre el cierre de las negociaciones, cuando Schiaretti era tironeado por el Gobierno para que sume la firma de sus diputados a Cambiemos. Como reveló LPO, el propio Macri se puso al frente de las gestiones para conseguir el respaldo, pero terminó con una derrota rotunda. 

La suplencia no es un cargo menor: si Camaño no reelige como diputada en 2019, el cordobés la reemplazará y sólo podrán correrlo con otro acuerdo político entre los bloques opositores. No es un tarea fácil. 

Macri llama a Schiaretti para impedir que el peronismo meta a Wado de Pedro y Camaño en la Magistratura

Cambiemos presentó al mediodía una nota en la que proponía a Emilio Monzó la designación de Pablo Tonelli y Mario Negri como representantes por la "mayoría". Además de la firma de los jefes del PRO, UCR y la Coalición Cívica, logró sumar al bloque de Martín Lousteau, los puntanos que responden a Adolfo Rodríguez Saá, los misioneros que responden al gobernador Passalacqua, los monobloques de Alma Sapag, el salteño Olmedo, la tucumana Ávila y el catamarqueño Brizuela. Sumaba así 121 votos.

Pero el peronismo logró abroquelar a todos sus bloques en una inédita acción que inició con sigilo el kirchnerista Wado De Pedro hace un mes, luego sumó al massismo con la incansable Graciela Camaño y finalmente alcanzó las firmas de la mitad más uno del recinto. 

La balanza se inclinó recién ayer, cuando Pablo Kosiner, jefe de Argentina Federal, le cedió la firma a su segundo, el pampeano Sergio Ziliotto, y de esa manera aportaron los 18 votos que eran claves para desnivelar. Kosiner resistía aparecer junto a los kirchneristas por orden de su jefe político, el gobernador Juan Manuel Urtubey, dolido porque habían corrido el día anterior a su hermano senador de la representación en la Magistratura.

En la jugada de Kosiner que destrabó el apoyo de su bloque, fue calve Diego Bossio, uno de los más activos en la unidad del peronismo detrás de la jugada. Una vez cerrado el apoyo de Argentina Federal, de inmediato aparecieron los votos de los santiagueños, leales a Gerardo Zamora, que el miércoles negoció una consejera en el Senado con el PJ. Los cordobeses fueron el tiro de gracia para Macri. 

Además de puntanos y misioneros, que firmaron con Cambiemos, los únicos opositores que no respondieron los llamados fueron los 3 del Frente de Izquierda.

Emilio Monzó recién reconoció a las 17 horas su derrota, tras varias horas de elucubrar alguna estrategia para evitarla, como interpretar que se tomaban en cuenta los bloques 2mayoritarios" y no la suma de votos en interbloque. El problema de esa lectura forzadas es que no hay bloques con "mayoría" y en todo caso, el más numeroso es el kirchnerista. El atajo no era fácil además, porque la oposición aplicó la "Doctrina Tonelli" que el macrismo usó en 2015 para tener dos consejeros aun sin contar con el bloque mayoritario. 

El kirchnerismo fue a la justicia y el juez Enrique Lavié Pico avaló la maniobra el 23 de octubre de 2017, pocas horas después del triunfo de Cambiemos en las elecciones legislativas.  Monzó nunca imaginó que había creado la herramienta para quitarle a Macri poder en la justicia cuando más lo necesita. 

Pichetto e Itúrrez de Cappellini, cerca de asumir en la Magistratura 

Con el ingreso de dos diputados y dos senadores propios, el peronismo quedó muy cerca de evitar que el oficialismo tenga una mayoría agravada para destituir y nombrar jueces a placer. Lo logrará con un acuerdo con el representante de los jueces Alberto Lugones y el académico Diego Molea, ninguno de los cuales está alineado con el Gobierno. Tan entusiasmados están los peronistas con la jugada, que esta noche hasta analizaban si podían conseguir una mayoría para poner al presdiente del Consejo de la Magistratura.

Se trata de un escenario significativo ya que hasta hace pocas horas Cambiemos tenía chances serias de meter a dos representantes por el Senado y dos por Diputados. En el primer caso privilegió la alianza política con Miguel Pichetto y evitó generarle una fractura mayor en su bloque, tras el apoyo por el Presupuesto.

La cómoda mayoría que el Gobierno había logrado en el Consejo de la Magistratura fue clave en la ascendencia que ganó sobre la justicia federal. No es posible exagerar la importancia de la pelea en un momento en el que las definiciones críticas para el proceso político del año que viene pasan en buena medida por el fuero federal, en el que se acumulan causas contra Cristina y el kirchnerismo, pero también contra Macri y sus funcionarios. Hasta ahora, el Gobierno había logrado una influencia importante en ese fuero crítico para la política, pero en un ejercicio del poder que incluyó la destitución y renuncias forzadas de jueces emblemáticos, así como amenazas de juicio políticos a otros, que ahora podrían volversele en contra.

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