Hoy la CGT volverá a marchar por las calles de Buenos Aires como parte del plan de lucha que lleva adelante la central obrera. No es un paro y tampoco llegará a la Plaza de Mayo, algo que el sindicalismo busca evitar desde que Cambiemos está en la Casa Rosada. Nadie en la cúpula de la CGT conformada por sindicatos más dialoguistas quiere una foto en donde se los vea rodeando la casa de Gobierno.

Pero también buscan que la marcha sea un éxito para dar una doble señal, primero al Gobierno y después a los más duros que están pidiendo fecha de un paro nacional, algo que los sectores industriales tampoco quieren. Es por eso que apelando a una especie de win-win, varios sindicalistas de peso se reunieron con empresarios de diferentes cámaras industriales para pedir que los empresarios apoyen la movilización. "Nos llamaron para que las cámaras adhieran a la marcha y que, además, faciliten que los trabajadores participen", reconoció un empresario a El Cronista. Aunque el pedido no llegó a la Unión Industrial Argentina (UIA), los sindicatos si tuvieron encuentros con presidentes de las cámaras que la conforman para obtener apoyo.

La "facilitación" tiene que ver con que las empresas no les descuenten el día y, en algunos casos, presten movilidad para los trabajadores. "No piden fondos para la logística del evento, pero sí que acompañemos. Es algo común, pero en este contexto tuvo varias particularidades y es que muchas empresas decidieron salir a la calle. Hay que pensar que para una pyme que tiene entre 40 y 50 empleados, esta movilización puede tener hasta un costo de $ 100.000. Pero la cierto es que muchos empresarios, en especial pymes, están muy cansados y aceptaron de buena gana que sus trabajadores salgan a la calle".

Además, hay un detalle no menor en las conversaciones que gremios de peso como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) tuvo con las empresas para que participen de la jornada de protesta. "Cuando nos llamaron para que apoyemos dejaron en claro que la particularidad de esta movilización es que la CGT no va a reclamar sólo por el trabajo sino también por el sector industrial que está pasando uno de sus peores momentos".