El viaje a San Petersburgo, Rusia, que seis funcionarios municipales y del puerto emprenderán para dialogar con las autoridades de la empresa Baltic Shipping obedece a la necesidad de pedirle a esa compañía que revierta su decisión de no seguir operando en el puerto de San Pedro.

Baltic Shipping llevará sus cargas a otras terminales, luego de que el año pasado hubiera serios problemas en el canal de acceso a San Pedro a raíz de la bajante extraordinaria del Paraná, lo que provocó que cuatro buques que iban a cargar en la ciudad lo hicieran en Campana y que otros dos tuvieran que ser remolcados para salir a destino.

Las estadísticas del Consorcio de Gestión muestran que, detrás de 2015, cuando la falta de dragado hizo que la actividad frutera comenzara dos meses tarde, el año 2018 fue el peor de los últimos 15, con alrededor de 90 mil toneladas en total, la mitad, por ejemplo, de lo registrado en 2010 y 2011, que fueron los mejores del período.

 

El primer buque de la temporada 2018 de frutas legó en los primeros días de abril: el Crown Ruby. Desde entonces, hasta julio, fueron ocho los barcos que llegaron al puerto de San Pedro para cargar pallets de cítricos con destino a Rusia, Holanda o España.

En total, la temporada del año pasado movió 90.627 toneladas de frutas. Fue un 23 por ciento menos que en 2017 y un 35 % menos que en 2016, pero significó un 47 por ciento más que en 2015, que fue el peor de los últimos 15 años, cuando la activida comenzó más de dos meses después de lo habitual, por falta de dragado.

En la última temporada se perdieron cuatro buques, que fueron a cargar al puerto de Campana. Con excepción del primero, que estaba previsto para San Pedro y los trabajadores portuarios locales se trasladaron para cumplir con las tareas, que esos barcos se fueran a otra terminal implicó que la mano de obra sampedrina  no trabajara y por lo tanto no cobrara.

 

En 2017, cuando las toneladas de fruta cargadas en el puerto de San Pedro fueron 115.943, los buques que amarraron en el muelle local fueron 14, seis más que en 2018. El año 2016 había revertido la preocupante situación de 2015. Con 11 buques que habían cargado apenas 61.310 toneladas, pasó a 16, con 137.428 toneladas.

La cantidad de buques que ingresó en ese 2015 en que la actividad comenzó dos meses tarde y el tonelaje que cargaron es revelador: 11 barcos por poco más de 60 mil toneladas. 2018, el segundo peor año de los últimos 15, con cuatro cargas perdidas a manos de Campana y dos que calificaron como "no seguro" al puerto local porque tuvieron que ser remolcados para zarpar, contó con ocho bulks carriers y alrededor de 90 mil toneladas.

Menos viajes con más peso para mayor rentabilidad es una ecuación que las empresas consideran a la hora de elegir un puerto. Las dificultades de la terminal sampedrina para operar con buques más grandes de lo habitual -ya pasaron de 150 a 180 metros de eslora- es reevante en el análisis.