Sergio Massa y un único fin: la supervivencia de su estructura

Sergio Massa y un único fin: la supervivencia de su estructura

El viraje del ahora candidato es casi imposible de explicar a la sociedad. Pero tiene una razón estrictamente pragmática. Breve camino por su intensa carrera.

Para los que se quedaron con Sergio Massa, la decisión de volver con los K fue un sacrificio que hizo para mantener vivo al espacio que representa. Para los que se fueron, un giro más -inexplicable e imposible de justificar- en la intensa carrera del tigrense. Como en la política no existe solo el blanco y el negro, veamos la zona gris. Massa escaló de forma ininterrumpida dentro del kirchnerismo. Había sido diputado provincial y se convirtió en el intendente de Tigre más joven de la historia en 2007.

Tenía 35 años. Un año después asumió como Jefe de Gabinete. Sin embargo estuvo menos de un año en el cargo y renunció. Regresó a la intendencia y en 2013 decidió enfrentar al kirchnerismo. Parecía casi imposible y sin embargo el dirigente, formado en la UceDé, derrotó a Martín Insaurralde, por más de 10 puntos. Frenar a la Cristina eterna (que amagaba con reformar la Constitución) era el objetivo. Enfrentarse a los corruptos. Dos frases que Massa repitió hasta el hartazgo. El camino hacia la presidencia agrupando al peronismo sobre su figura parecía pavimentado.  Massa confirmó su acuerdo con el kirchnerismo: "Va a ser una gran coalición opositora" Pero ese triunfo duró poco. Los "amigos del campeón", como él mismo lo definió años más tarde, comenzaron a despegarse. Su forma de construir política hizo que los aliados no sepan para donde iba realmente Sergio Massa. Mensajes contradictorios, acuerdos a espaldas de sus hombres de confianza y una polarización que lo empezó a apagar lo dejaron tercero en 2015. "El cambio justo", decía el título de su campaña. Quedó detrás de Mauricio Macri y Daniel Scioli. 

Consumada la derrota, volvió a levantarse. El acuerdo electoral, esta vez, fue con Margarita Stolbizer. Alianza "1País" quería romper la polarización. Fue imposible. Massa encabezó la lista a senadores acompañado de la líder del GEN. En Diputados, llevó como candidato a Felipe Solá, hoy también de regreso al PJ junto al kirchnerismo. El resultado fue otra vez tercero. Pero ahora con un magro 11 por ciento. Además, por primera vez desde su irrupción, había perdido en Tigre, su búnker de poder. Fue el peor final. Muy lejos estuvo de ese Massa ganador de 2013. En solo 4 años, la estrella se apagaba. Camaño habló sobre la decisión de Massa: "No la comparto para nada y tomé otro camino" Tras esa elección, convivieron su deseo de ensanchar la tercera vía con Alternativa Federal con la realidad política que le imponía ampliar los acuerdos con el resto del PJ para conservar su estructura de poder. Hoy el Frente Renovador cuenta con un armado y un centenar de dirigentes en la provincia de Buenos Aires que el día del congreso nacional le dijeron claramente que había que buscar nuevos horizontes. Ahora pondrá a su gente en las listas y además, todo indica que recuperará Tigre con Malena Galmarini de candidata. Este acuerdo no es lo que tenía en mente Massa. El tiempo dirá si la decisión que tomó en 2019 vuelve a ponerlo en carrera más adelante o queda en la historia argentina como una estrella fugaz que se encendió y se apagó en menos de una década. Explicar las idas y vueltas no le será nada fácil.

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