Sorprendió a muchos el sábado por la noche el paro convocado por la Asociación de Capitanes y el Siconara, gremio que nuclea a los maquinistas navales. La medida afecta exclusivamente a la flota fresquera que opera sobre el langostino por un reclamo salarial. Ahora resta saber el grado de acatamiento que consiguen ambos gremios en plena temporada de pesca y luego de varios días sin capturas como consecuencia de las malas condiciones climáticas que azotaron la zona.

La Asociación de Capitanes había rubricado en mayo un acuerdo salarial con la Cámara de Armadores de Buques Fresqueros de Altura y CaIPA del 15% remunerativo que comenzó a aplicarse desde ese mismo mes y con vigencia hasta  el 31 de marzo de 2019. En esa oportunidad lograron incorporar al convenio colectivo (CCT 638/11) un valor a la especie langostino de 0,90 dólares por kilo, que se liquidará conforme el tipo de cambio comprador neto del Banco Nación y se ajusta mensualmente según la cotización del dólar del último día hábil del mes anterior a la liquidación del salario.

También acordaron que la primera semana de julio se sentarían a tratar la reforma del Convenio 638/11 con la rama de la pesca fresquera de altura. Pero el 15 de junio, Jorge Frías presentó una nota ante el Ministerio de Trabajo solicitando en ese marco de la Convención Colectiva, un aumento del 27% sobre los salarios vigentes y exigió una respuesta de las empresas en 48 horas para “no alterar la paz social”, declarándose “en libertad para llevar adelante las medidas de fuerza que considere”.

En la nota presentada en la Delegación Mar del Plata de la cartera laboral, indican que la Comisión Directiva de la Asociación, “tal como anticipó no aceptaría el 15% y mucho menos el 7% no remunerativo al momento de cerrar por primera vez en su historia el valor del kg de langostino” y que “incorporó la suba del 15% a cuenta de lo que se plantearía una vez que la flota fresquera langostinera zarpara”. Decisión que dicen, le había sido “preanunciada a las Cámaras”.

Lo expresado por Jorge Frías en representación de los capitanes no se condice con el acuerdo rubricado por él y las Cámaras ante el Delegado de Trabajo, Jorge Errea.  El líder de los capitanes insinúa que existió un acuerdo informal entre la Comisión Directiva de la Asociación, la Cámara de Armadores y CAIPA; pero además denuncia el incumplimiento del acuerdo alcanzado.

Con esta nota de antecedente y con el argumento de un reclamo por la existencia de “diferencias en el valor de producción por kilogramo de langostino”, Frías el sábado llamó al paro: “La AACPyPP declara a partir de las 20 horas del día de la fecha, paro de actividades en todos los puertos y exclusivamente en la flota que captura langostino fresco no procesado, suspendiendo la zarpada a la zona de pesca”.

A las pocas horas Jorge Maldonado del SiCoNaRA hizo lo propio y se sumó al paro de los capitanes, reclamando en este caso la inclusión de un valor de referencia para el langostino en el acuerdo salarial. Lo extraño es que al igual que Capitanes, este gremio negoció paritarias hace menos de un mes y terminó cerrando con la Cámara de Armadores un acuerdo salarial del 22% que tiene vigencia hasta marzo de 2019.

En ese momento no se incluyó un valor de referencia para el langostino pero al parecer aquí también hubo acuerdo no escrito, dado que días después de que se diera por terminada la negociación y firmaran las partes, la Cámara debió emitir un comunicado ante los continuos planteos de los maquinistas “a la hora de zarpada de los buques” al inicio de la temporada de langostino: “Aclaramos que esta institución no ha suscripto acta acuerdo alguna con el gremio” por fuera del acuerdo paritario.

El domingo los barcos que estaban en puerto permanecieron amarrados pero no puede decirse que por acatamiento al paro, dado que vientos de 70 kilómetros por hora y un mar con olas de entre cinco y seis metros impedía la zarpada con mucha más fuerza que Jorge Frías y Jorge Maldonado. Está por verse si la medida tiene algún acompañamiento una vez que las condiciones meteorológicas mejoren, algo que muchos ven improbable en plena temporada de langostino y después de tantos días sin poder pescar.