Siete emergencias, siete, para la provincia de Buenos Aires

Siete emergencias, siete, para la provincia de Buenos Aires

El gobierno de Axel Kicillof logró que la Legislatura avance con el tratamiento de un expediente que declara la emergencia en siete áreas más que sensibles y que en más de la mitad de los casos solo representa una continuidad de la situación de excepción que ya había logrado la gestión anterior.

 

De esta manera, y si finalmente el oficialismo logra imponer el número en la cámara baja, el gobernador contará con la potestad de saltearse los mecanismos de control que impone el Estado bonaerense y de la misma manera que Alberto Fernández en Nación, podrá acelerar las contrataciones y revisar contratos.

Las facultades delegadas al gobernador no incluyen lo que la oposición denominó "superpoderes", pero si le permitirá al Ejecutivo renegociar la deuda pública, rescindir contratos de obras públicas, suspender aumentos y/o congelar el precio de las tarifas por seis meses y agilizar las transferencias de fondos a los municipios.

Quizá uno de los puntos sobresalientes es el de la emergencia "energética" que habilita al gobierno no solo a suspender los aumentos sino también a revisar el marco regulatorio general y proponer modificaciones para las distribuidoras del servicio, que en territorio bonaerense sufrió una profunda concentración durante el gobierno de Cambiemos que le permitió a Rogelio Pagano quedarse con las compañías que le prestan servicios a más del 60 por ciento de los usuarios bonaerenses.

El proyecto también incluye la posibilidad de congelar las tarifas de transporte a la espera de algunas definiciones sobre esa área desde el gobierno nacional, que podría modificar el costo del gasoil o reponer los subsidios para que las empresas continúen prestando servicio incluso en aquellas regiones con baja rentabilidad.

La cuenta final indica que el gobierno de Frente de Todos le sumó nuevas "emergencias" a las que utilizó Vidal para gobernar, por lo que ahora la provincia se encuentra en esa situación en materia económica, productiva, social, energética, sanitaria, de infraestructura y administrativa, lo que le otorga al Ejecutivo un alto nivel de discrecionalidad para tomar decisiones presupuestarias sobre esas áreas.

Unidad atada con alambre en el Frente de Todos

Como lo habíamos adelantado hace un par de semanas en esta columna, el Frente de Todos en la Legislatura bonaerense tiene serias dificultades para alcanzar un verdadero equilibrio y la disputa por cada uno de los espacios de poder pone en evidencia que la mayoría de los legisladores solo acata una orden superior y por eso se mantiene unido un solo bloque.

La realidad es que las tensiones en la Cámara de Diputados están a la orden del día y no solo por el fino equilibrio que se consiguió al elegir a las nuevas autoridades, sino también por el debate abierto en torno a las secretarías, en el que la mayoría de los sectores que conforman el oficialismo se consideraban con derecho natural a colocar a los secretarios administrativos y legislativos.

En el cargo de secretario legislativo finalmente asumió el ex diputado de la cuarta sección, Mauricio Barrientos, hombre cercano a Julián Domínguez y por eso alineado con “los intendentes” y se saldó de esta manera la discusión en términos formales, pero la realidad es que la tensión política va a continuar luego de su nombramiento.

Es cierto que la crisis que atraviesa el bloque de Juntos por el Cambio, que pasó de 44 a 38 diputados en solo una semana, le facilita las cosas al cuerpo que comanda Federico Otermín, sin embargo si en los próximos días no se fijan acuerdos más sólidos y se establecen estructuras más horizontales, los problemas podrían llegar mucho antes de lo esperado para el oficialismo.

Comentá la nota