RP.- ¿Qué actividades está desarrollando últimamente?

Estoy caminando mucho, preocupada por la grave situación que estamos pasando, porque veo a  la gente muy desesperanzada, con mucha tristeza, y eso no te permite cumplir tus sueños.

Lamentablemente hay mucha segmentación, aunque con esto no digo que antes de 2015 estábamos en Disney porque había muchos problemas, pero lo que estaba bien lo sacaron y lo que estaba mal lo empeoraron. La gente tiene mucha desazón porque no sabe hacia dónde vamos.

RP.- ¿Cuál es la diferencia entre la situación de hoy y el 2001?

En aquella época el Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió soltarnos la mano, a la vez que estábamos enfrentando una escasez de pesos, motivo por el cual nos movíamos con cuasi monedas. Actualmente la verdad es que no estamos en esa situación porque tuvimos un 2015 y un 2017 con crecimiento, a pesar que este año sería de caída del Producto Bruto Interno (PBI). En 2001 teníamos un desempleo cercano al 30 por ciento, mientras hoy no llegamos al diez por ciento. No es algo comparable porque tenemos un buen colchón, por eso mi crítica al llamado al FMI. Es cierto que la crisis económica existe, pero no es política, al menos por ahora.

Ellos creen que el estado tiene que ser mínimo, por eso Nicolás Dujovne está contento siendo un ministro ajustador. Nosotros, en cambio, creemos en un estado emprendedor. Sus decisiones están avaladas por el presidente Mauricio Macri y compromete el futuro de todos los argentinos.

RP.- ¿Cree que es posible la dolarización de la economía Argentina?

Argentina tiene bastante dolarizada su economía, principalmente a partir de tener dolarizado el precio de los combustibles. Los productos más básicos, el tomate por ejemplo, tienen afectado su valor por el propio traslado a las verdulerías. Sin embargo, dolarizar en su totalidad nuestro mercado implicaría una sentencia de muerte. Uno puede estar atado al dólar si nuestra estructura productiva se asemeja a la de Estados Unidos, pero quedó demostrado luego de la convertibilidad que eso no sucederá porque somos un país distinto. Por esta razón es que muchas personas que sacaron los créditos UVA están muy preocupadas.

Lo del dólar es un problema cultural alimentado por los problemas económicos, por eso si no se resuelven éstos, será muy difícil apostar a una cultura del trabajo que piense en nuestro peso.

RP.- ¿Cree que la ciudadanía votó por Cambiemos porque estaba saturada del Kirchnerismo?

Creo en primer lugar que tenemos que aprender a votar por la positiva, estando convencidos de nuestro voto. Debemos lograr, desde muy chicos, entender cómo es la práctica del ejercicio político, porque eso nos garantizará una cultura política. La construcción del diálogo no es algo común entre los argentinos.

RP.- ¿La provincia de Buenos Aires fue una bomba de tiempo? Siempre dependíamos de una partida que venga de Nación…

Es cierto que la provincia de Buenos Aires es el territorio más grande de la Argentina y genera el 55 por ciento del valor agregado industrial, pero somos un país federal, por eso no puede pedir recursos proporcionalmente a esas variables porque tiene que haber solidaridad entre los estados.

Cuando yo fui ministra, una sola vez nos otorgaron recursos que sólo nos sirvieron para pagar una parte de los aguinaldos. En ese tiempo, pasaron los cuatro años con menor transferencia de recursos de Nación a Provincia entre todos los períodos de gobierno desde la vuelta de la democracia.

RP.- ¿Le gustaría ser gobernadora?

Todos los militantes soñamos con alguno de esos cargos, me encantaría ser gobernadora, pero tengo los pies en la tierra y sé que muchos compañeros y compañeras están en mejores condiciones, aunque no deja de ser un sueño.

RP.- ¿Qué opina de la denuncia al ministro de educación Alejandro Finocchiaro por violación?

Nosotros debemos respetar la presunción de inocencia a pesar que eso no se está respetando en nuestro país frente a los presos políticos que estamos teniendo. Este gobierno en campaña dijo que nos íbamos a parecer a Venezuela, pero lo cierto es que hoy nos estamos pareciendo bastante al ser uno de los pocos países en el mundo que tiene presos políticos.

Cuando hay una denuncia tan seria, creo que el ministro Alejandro Finocchiaro debería dar un paso al costado y volver cuando se aclaren las cosas. Casi no se habla por el blindaje mediático que tiene el funcionario.

RP.- Usted es hincha de Boca, ¿cómo vivió la presidencia de Mauricio Macri? ¿Le gustaría ser presidenta de la institución?

La verdad es que antes no pensaba quién era el presidente de Boca, pero actualmente me está costando la alegría, por eso hace dos años que no voy a la cancha.

Me encantaría ser presidenta. Yo fui la primera ministra de Economía mujer de la provincia de Buenos Aires y no logro entender cómo no hay una presidenta de un club de fútbol importante. A nosotras nos gusta tanto el fútbol como a los hombres, al igual que a ellos les puede gustar cocinar, porque no es una cuestión de género.

RP.- Es necesario que hablen y participen todas las mujeres, no sólo algunas…

Me parece que debe ser un crecimiento de la sociedad en su conjunto. Las mujeres avanzado muchísimo en la conquista de nuestros derechos, pero necesitamos un “clic” por parte de los hombres para entender eso y fortalecernos entre nosotras.