Sindicalismo: ganadores y perdedores del cierre de boletas

Sindicalismo: ganadores y perdedores del cierre de boletas

Por su reducido lugar en las listas -al menos en los puestos relevantes- podría decirse que el sindicalismo en su conjunto es uno de los principales derrotados que dejó el cierre de boletas.

Hugo Moyano y Sergio Palazzo, líderes del sindicato de Camioneros y de la Asociación Bancaria respectivamente, apenas consiguieron ubicar a dos de sus alfiles entre los primeros 18 puestos de la lista que el kirchnerismo presentó ante la Justicia Electoral bonaerense minutos antes de la medianoche del sábado. Si se tiene en cuenta que estos cabecillas gremiales son los principales articuladores del movimiento obrero que respalda a la fórmula Fernández-Fernández a nivel nacional, el pago parece bastante flaco.

Y no se trata de un fenómeno aislado fronteras adentro de la provincia de Buenos Aires. Por el contrario, representantes sindicales y referentes de las organizaciones políticas y sociales que conviven dentro del kirchnerismo fueron víctimas de la predilección de Cristina Fernández hacia La Cámpora en todo el país.

En Córdoba los líderes sindicales tampoco tuvieron el protagonismo que hubieran deseado. Muy lejos de ello, sólo hay un representante gremial medianamente bien posicionado en las listas que los cordobeses encontrarán en el cuarto oscuro el próximo 11 de agosto: se trata del titular de Agec, Pablo Chacón, que ocupa el tercer puesto de la lista k y que, además, es ampliamente resistido por otros sectores del gremialismo provincial filo k.

Ilda Bustos, titular del sindicato de Gráficos, y Franco Saillen, hijo del secretario general del Surrbac Mauricio Saillen, quedaron relegados. Bustos ni siquiera entró a la lista y Saillen, que aspiraba a ubicarse en el primer o segundo puesto, cayó hasta el quinto renglón de la boleta, sin chances ciertas de entrar a la Cámara Baja.

Bustos, que venía de quedar afuera de las listas legislativas provinciales de Hacemos por Córdoba y que semanas atrás lanzó -junto a otros secretarios generales- un espacio gremial k dentro de la CGT Regional, quedó muy molesta con la elección de Pablo Chacón, titular de Agec, como representante del gremialismo local en la lista del Frente de Todos, y así lo hizo notar en publicaciones en las redes sociales. Saillen, tanto más.

El enojo del aún legislador provincial quedó inmortalizado en una grabación realizada minutos antes del cierre de listas, cuando aún no se definía que tendría un (módico) lugar en la boleta. El dirigente calificó entonces a Chacón como un “traidor” al que el kirchnerismo llevaba “en el lugar del movimiento obrero”, e inmediatamente después proclamó ante sus seguidores que abandonaba el Frente de Todos, espacio al que volvería minutos después tras aceptar el quinto lugar.

Pero además de Chacón -el claro ganador del cierre de listas en la arena sindical- José “Pepe” Pihen también resultó indirectamente favorecido.

La no inclusión de Bustos en la lista k implica un desaire hacia la iniciativa que la dirigente gremial emprendió junto a 14 secretarios generales cuyos gremios integran la CGT Regional (que conduce Pihen) y que fue bautizada como “Movimiento Sindical por la Justicia Social y el Trabajo”, un espacio que busca ser una pata k dentro de la central oficialista.

El surgimiento del “Movimiento Sindical…” implica (o implicaba) un claro desafió a Pihen y a su capacidad para mantener a la central encolumnada detrás de Hacemos por Córdoba. El menosprecio del kirchnerismo hacia esta organización significa, por extensión, una buena noticia para el líder de la CGT Regional.

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